Imaginen a alguien tirando una colilla una y otra vez hasta
llegar a cuatro trillones y medio de veces. Son las veces al año
que un cigarrillo acaba arrojado en la calle, en los ríos, bosques o mares en
todo el mundo
Lo dice un estudio que advierte: que a pesar de lo que creemos,
las colillas se han convertido ya en el 30% total de la basura mundial, por
delante de los envases, botellas y bolsas de plástico. Datos alarmantes, dicen los ecologistas, si
tenemos en cuenta que su alta toxicidad puede llegar hasta la cadena
alimentaria.
"Llegan al mar y tardan más tiempo en descomponerse pero se siguen rompiendo en trocitos más pequeños
que ingieren los animales marinos" ha explicado Elvira Jiménez, Responsable de Oceanos de GreenPeace.
Para que se hagan una idea: en España por cada botella de plástico, se tiran 18 colillas y cada colilla tarda en descomponerse entre 8 y 12 años. Por este motivo algunos ayuntamientos ya se han puesto en pie de guerra como en Lalín, en Pontevedra, donde desde hace unos días tirar una colilla se multa.
"No es una cuestión de recaudación, es una cuestión de
concienciación" ha declarado el alcalde de la localidad.
En Barcelona la sanción puede llegar a 90 euros y en Madrid, hasta 750 euros pero ¿cuál es la solución entonces? "En algunos sitios están proponiendo el reciclado de las colillas, ya que al final son plásticos" ha explicado la ecologista.
Colocar etiquetas en las cajetillas, establecer contenedores
especiales, añadir una tasa de basura al consumo de cigarrillo y endurecer las
multas. Los expertos piden mano dura para acabar con un gesto que está
destruyendo lentamente el medio ambiente.