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ESCAPADA A LA PROVINCIA DE CÁDIZ

Siglos de historia siguiendo la Ruta de los Pueblos Blancos

Diecinueve pueblos de la sierra gaditana forman una de las rutas con más encanto y antigüedad de Andalucía. La de los Pueblos Blancos es mucho más que una lección de tradiciones y costumbres, se trata de revivir el pasado neolítico, romano, musulmán y cristiano medieval, y todo enmarcado en paisajes únicos que descubrir sin prisa.

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Uno de los mejores planes otoñales de la provincia de Cádiz en otoño es hacerse en familia, en pareja o con amigos la Ruta de los Pueblos Blancos. Y no porque en otra época del año no tenga el mismo encanto, sino porque es justo ahora, en las semanas previas a la Navidad, cuando a los encantos habituales hay que añadir la tradición gastronómica de la época.

El nombre de la ruta no está puesto al azar. Se corresponde con el encalado de prácticamente todas las casas de los diferentes pueblos de la misma. En total, 19 localidades que, en su mayoría, mantienen nombres árabes que muestran el pasado musulmán de la región, así como un urbanismo en el que se aprecia el derivar a la cristiandad tras la Reconquista. Por ejemplo, Benamahoma, que significa la casa de Mahoma; o Alcalá (el Castillo), Algar (la cueva), Zahara (la fortaleza)...

El patrimonio arqueológico de la Ruta de los Pueblos Blancos abarca desde hace 250.000 años hasta la actualidad. Molinos, almazaras y otras construcciones son derivadas de las que fundaron allí romanos e incluso pueblos anteriores. No es de extrañar, por tanto, que parte de la ruta, la que pasa por la Sierra de Grazalema, haya sido declarada Reserva de la Biosfera.

Es casi imposible recorrerse en dos jornadas la ruta, ya que son muchas localidades. Lo mejor es marcarse etapas, ir degustando poco a poco los pueblos, alimentando el deseo de volver y, en otro momento, continuarla hasta ir tachando, uno a uno, cada municipio. Eso sí lo habitual es empezar por Arcos de la Frontera, auténtica puerta de entrada a la ruta, que pasará por la sierra de Cádiz, pero también por el centro de la provincia.

Arcos es conocido en Navidad por su Belén Viviente, declarado de Interés Turístico Andaluz. Pero es su conjunto monumental, así como ver el pueblo encaramado en una peña de 96 metros de altura lo que más llama la atención. A continuación, nos esperan pueblos como Algar, donde es posible realizar todo tipo de aventuras (pesca en el río Majaceite, piragüismo y vela, senderismo...), o Bornos, a orillas de un gran embalse y con un palacio levantado sobre un antiguo castillo árabe, con restos de muralla y Torre del Homenaje. De estilo renacentista, es de una gran belleza.

Cerca de allí, en Espera, encontramos restos mucho más antiguos, del Neolítico y de la época romana. Villamartín, a pocos kilómetros, también tiene pruebas arqueológicas de antiguos pobladores: el dolmen de Alberite, una de las estructuras megalíticas más antiguas de la península, dentro del yacimiento de Torrevieja.

Poco a poco, iremos desgranando pueblos serranos como Olvera, PuertoSerrano, Setenil o Alcalá del Valle, final de la ruta norte y que está lleno de fuentes y motivos que recuerdan al agua. Si, en cambio, queremos ir hacia el sur, tendremos que dirigir los pasos a El Bosque o a Ubrique, entre alcornocales y parques naturales y con una famosa industria del cuero.

Uno de los lugares más interesantes de la ruta sur de los Pueblos Blancos es Villaluenga del Rosario, el pueblo más pequeño y también el situado a mayor altura de toda la provincia, en el corazón del parque natural Sierra de Grazalema y a los pies de un gran macizo rocoso. Cuenta con la plaza de toros más antigua de la provincia (del siglo XVIII). Esta, además, no es redonda sino poligonal, con un graderío realizado en piedra.

Grazalema y Benamahoma, unidas por un sendero perfecto para que lo hagan los niños, por pleno bosque, así como Zahara de la Sierra, con un castillo del siglo XIII que parece sacado de un cuento serán los últimos en visitarse si optamos por esta vía.

Mucho por ver y siempre con casas encaladas a nuestro alrededor. Historia, arqueología, buena gastronomía y diversión, en una de las rutas con más solera de España.

Más información:
Turismo de Cádiz

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