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Europa

Un recorrido por las Vías Ferratas suizas

Naturaleza, aventura y deporte para toda la familia

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A principios del siglo XX, se comenzaron a construir las primeras vías ferratas en Centroeuropa para ayudar a que las tropas se movieran con más facilidad entre las montañas. A través de cuerdas y maderas que se fijaban a las paredes rocosas, se realizaban caminos y rutas a gran altura que hacían más sencillos y seguros los recorridos de los soldados. Durante la Primera Guerra Mundial, sobre todo aquellas vías situadas en las Dolomitas, se usaron con finalidad bélica y estaban compuestas por escaleras y puentes por los que también se transportaba material de los ejércitos. Con el paso del tiempo, las vías ferratas perdieron su función original y pasaron a ser rutas para uso lúdico. Hoy se han convertido en una alternativa de ocio al aire libre perfecta para realizar con amigos o incluso en familia. Estos itinerarios son una mezcla de senderismo y escalada, y han evolucionado hasta tal punto que incluyen tirolinas, cadenas, clavos y escaleras metálicas. Su recorrido intercala tramos verticales y horizontales y puede alargarse hasta decenas de kilómetros. Hay vías ferratas de varios tipos de dificultad, desde recorridos sencillos para principiantes hasta itinerarios vertiginosos solo aptos para expertos. Un arnés, un mosquetón, un casco y altas dosis de espíritu aventurero, esta es la equipación necesaria para lanzarse a conquistar una vía ferrata. Te proponemos cinco alternativas de entre toda la oferta e infinitud de vías que hay. Cinco vías ferratas de Suiza en las que además de hacer deporte podrás disfrutar de un entorno y unos paisajes incomparables. ¿Estás preparado para subir a las alturas?.

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