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CONEXIÓN CONSTANTE

¿Qué es la dismorfia y cómo se relaciona este trastorno con las redes sociales?

Una de las consecuencias de la influencia que imponen las redes sociales sobre los usuarios.

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Posiblemente uno de los mayores defectos que conllevan las redes sociales son las duras críticas y comentarios que los usuarios pueden hacerse entre ellos, llegando a actuar negativamente en la salud mental de algunas personas. Durante décadas hemos estado expuestos a cánones de belleza, a imágenes sobre lo que se considera el cuerpo o el aspecto físico ideal de una persona. Actualmente, a causa de todas las facilidades que disponemos en Internet y las redes sociales, nos es realmente fácil compararnos constantemente con el físico de otras personas.

Uno de los factores que desencadenan estos comportamientos son los filtros de aplicaciones como Instagram o Snapchat, que actúan modificando ciertas partes del rostro haciéndonos llegar a pensar que así luciríamos mejor, por lo que algunas personas hacen todo lo posible para conseguir esa misma imagen.

A este fenómeno se le ha denominado como "dismorfia de Snapchat". En 2017 unos datos recogidos por la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica y Reconstructiva Facial demostraban que el 55% de los pacientes solicitaban procesos cosméticos para verse mejor en redes sociales.

Los trucos de las redes sociales han motivado a esta búsqueda de la perfección. El trastorno Dismórfico Corporal se diagnostica a aquellos que se preocupan en exceso por un pequeño defecto o inexistente, normalmente puesto en evidencia por terceros o por ese tipo de contenido que ven en sus redes sociales. Estos pensamientos, generalmente irracionales, pueden hacer que busquemos una forma de cubrir u ocultar este defecto, de la forma que sea.

El término "dismorfia de Snapchat" está relacionado con el Trastorno Dismórfico Corporal o TDC, y puede estar originado por la influencia que provocan las imágenes que ofrecen los filtros de redes sociales. Debemos tener claro que somos libres de hacer lo que queramos con nuestro cuerpo, pero no podemos dejarnos influenciar de esta forma por las toxicidades en las redes sociales. Usemos los filtros como una diversión y no como una obligación.

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