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AHORA ESTÁ A 380.000 KILÓMETROS

La Luna se aleja de la Tierra cada año casi cuatro centímetros

Desde hace años, los astrónomos saben que el satélite de la Tierra se aleja. ¿Qué consecuencias puede tener este movimiento? ¿Por qué se produce?

Fotografía de la Luna

Fotografía de la LunaPixabay / Ponciano

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A pesar de que parezca que siempre ha estado ahí, la Luna se creó hace unos 4.500 millones de años. Desde hace años, los científicos han venido avisando de su alejamiento lento, pero continuo, de la Tierra.

Este satélite se creó debido a que un protoplaneta, un planeta pequeño del tamaño de Marte llamado Tea, chocó con la Tierra. De esa colisión y los escombros que generó surgió la Luna tal y como la conocemos ahora. Sin embargo, en ese periodo se encontraba 18 veces más cerca de la Tierra.

En la actualidad, la Luna está situada a una distancia de 380.000 kilómetros de nuestro planeta. Sin embargo, el satélite se aleja 3,82 centímetros cada año, según un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison, situada en Estados Unidos.

Por qué se mueve la Luna

Cada año, la Luna se aleja de la Tierra casi cuatro centímetros al año, y este es un problema que no se puede evitar. La principal razón de este suceso es que ambos cuerpos celestes, Tierra y Luna, se encuentran en una onda gravitacional en la que cada uno actúa de una manera.

Por una parte, la Luna intenta "tirar" de la Tierra, y lo consigue, por ejemplo, al provocar las mareas. En consecuencia, la Luna también acelera un poco sus movimientos, lo que desencadena que se aleje del planeta cada vez más.

En el caso de la Tierra, su velocidad de rotación también se va ralentizando más cada año debido a la atracción con el satélite, por lo que provoca que los días en ella sean más largos. El distanciamiento continuo entre los dos cuerpos celestes hace que cada día se alargue 0,00001 segundos por año.

Cómo se mide la distancia de la Tierra a la Luna

El hombre llegó a la Luna en 1969. Desde ese año y hasta 1972, la agencia espacial estadounidense, la NASA, se encargó de instalar en la superficie lunar unos espejos. Cuando los científicos pretenden medir la distancia de la Tierra a la Luna, estos lanzan un rayo hasta los espejos, y esperan hasta que rebote. Mientras dura el proceso cronometran lo que tarda y, cuando el rayo láser regresa, calculan la distancia que existe en ese momento entre la Tierra y su satélite.

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