CURIOSIDAD

Leer en papel y en pantallas no es lo mismo: así es cómo nos afecta

Existen cada vez más lectores que cambian el libro tradicional por dispositivos digitales para leer y aunque parezca un simple avance tecnológico más, lo cierto es que para nuestro cerebro esta simple acción no es igual.

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Con los avances de la tecnología, los seres humanos nos hemos ido adaptando y cambiando nuestras costumbres para incorporar esas novedades en nuestro día a día. Uno de los cambios tecnológicos más tangibles ha sido la posibilidad de leer libros, periódicos o cómics en formato digital, haciendo que su formato físico en papel empezara quedar en desuso. Sin embargo, aunque los textos digitales han ganado mucho terreno, lo cierto es que hay muchas personas que siguen disfrutando al leer los libros tradicionales o los periódicos impresos. Ahora unos científicos señalan que existen algunas diferencias sobre todo cognitivas a la hora de elegir un formato digital o un formato físico (libro) a la hora de leer.

Ante la imparable digitalización de los textos, unos investigadores han realizado un estudio llamado Dynamic reading in a digital age: new insights on cognition, en el que han estudiado el efecto que tienen los nuevos sistemas digitales en nuestra cognición o proceso mental de adquirir conocimientos y la comprensión lectora. El estudio ha sido publicado en la revista Cell y ha estado liderado por Sixin Liao, Lili Yu, Jan-Louis Kruger y Erik D. Reichle.

Según los investigadores los formatos que usamos para leer ya sea papel o pantalla, afectan directamente a nuestra lectura llegando a la conclusión que la compresión lectora por ejemplo, tiene a ser menos efectiva cuando se lee a través de pantallas, especialmente si son textos que requieren una comprensión más profunda.

Aunque los investigadores señalan que parte de esta comprensión más superficial pueda deberse a condiciones físicas como fatiga visual o sequedad en los ojos, habituales por el abuso de pantallas, en realidad es probable que se deba factores asociados a la superficialidad con la que se leen los textos de forma digital, por ejemplo los que podemos leer a través de redes sociales. "El procesamiento superficial de textos digitales se vuelve habitual, y por lo tanto, se generaliza a la lectura de otros textos digitales (por ejemplo artículos de noticias online) incluso cuando hacerlo perjudica la comprensión. Aunque este tipo de procesamiento superficial podría ser inicialmente una estrategia voluntaria adoptada para extraer la esencia de un texto más rápidamente, también podría ser el resultado de una reducción de la atención sostenida y de la memoria de trabajo debido al uso frecuente de tecnologías digitales y la multitarea de los medios." Además, esta hipótesis de un procesamiento más superficial de la lectura digital es que los lectores interactúan menos con los textos digitales.

El estudio también destaca que al leer en pantalla se tiene una regulación metacognitiva más deficiente, esto se calcula midiendo la diferencia entre el desempeño previsto y el real, a la hora de hacer una tarea. Por lo tanto, los investigadores tienen la hipótesis de que los lectores podrían percibir el papel como un medio más adecuado para aprender o esforzarse, mientras que asocian a la lectura digital con fines sociales o de entretenimiento. "Esta percepción podría conducir a una reducción en la movilización de recursos cognitivos necesarios para una autorregulación eficaz durante la lectura digital" señalan los expertos en este estudio.

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