Han pasado varias horas desde que el penúltimo capítulo de 'Juego de Tronos' ha sido emitido por el canal HBO y algunos de los fans seguimos conteniendo la respiración. Ya solo queda un episodio para conocer el final de una serie que ha acompañado al público durante 10 años. Recordamos que este artículo contiene spoilers.
La mayoría lo sabíamos: el 8x05 iba a ser épico. Y no estábamos equivocados. A falta de un episodio, los pilares de los siete reinos empiezan a desmoronarse tras varios giros de guión que algunos ya predecían. La destrucción está garantizada en un capítulo que despide a varios personajes y deja un reguero de fuego y sangre por doquier.
Un secreto a voces
Afloran las traiciones y el verdadero origen de Jon Snow ya es un secreto a voces, aunque a algunas les duela en el alma admitirlo. El episodio comienza con Varys confabulando -como siempre hace- en Rocadragón. Deja por escrito que Jon es el verdadero heredero al trono y tras una conversación con Snow, deja claro que su posición es verle gobernar a él y no a la reina de dragones. Daenerys, por su parte, es un hervidero de frustración, miedos e inseguridades, que la han llevado a dejar de comer y a no salir de sus aposentos.
En una conversación con Tyrion, su amigo y más fiel consejero, le dice que Jon le ha traicionado, pero éste le responde que es Varys quien lo ha hecho, despejando como puede cualquier reprimenda que pudiera caer sobre la casa Stark. Y, aunque la verdad sobre Jon ya parece conocerla todo el mundo, a quien le toca pagar es a Varys. En una escena sórdida y oscura vemos como Drogon ejecuta al consejero de los rumores de un fogonazo.
La personalidad de Daenerys parece trastornada. En la conversación que mantiene con Jon tras la ejecución quedan claras sus intenciones. "Yo no tengo amor aquí. Solo miedo", dice Daenerys. "Te quiero, siempre serás mi reina", contesta Snow. "¿Es todo lo que soy para ti, tu reina?" agrega ella tratando de besar al Stark, que aparta su cara negándole el placer. "Muy bien. Miedo entonces", sentencia ella. Y son esa rabia y miedo las que definirán el resto del capítulo.
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Los soldados de Daenerys han apresado a Jaime, quien se dirigía a Desembarco para encontrarse con su hermana y le acusan de traición. Tyrion logra acceder a la tienda de campaña donde lo tienen retenido y le libera en una lacrimógena escena fraternal con despedida incluida.
El enano le insta a convencer a Cersei para que se rinda y haga tañer las campanas como señal de que la reina se ha rendido y evitar la destrucción de la ciudad. Le aconseja que huyan juntos y se refugien en Pentos. Un plan que desborda dudas por todos lados y que todos sabemos que no va a suceder.
Quienes también ponen rumbo a Desembarco del Rey son Arya Stark y el Perro, preparados para poner fin a los días de Cersei a toda costa. "Soy Arya Stark. Vengo a matar a la reina Cersei", le dice la joven a uno de los soldados de la Guardia Dorada como si fuera un superhéroe de Marvel.
Fuego
Y por fin comienza la guerra. Lo que todos estábamos esperando. Los dos ejércitos están preparados para decidir el futuro de los siete reinos y cuando aún ni siquiera hemos empezado a comernos las uñas...fuego. Daenerys aparece a lomos de su dragón Drogon y arrasa con la flota de Euron Greyjoy para después hacer lo mismo con las murallas de Desembarco del Rey. Ninguna de las ballestas de los barcos o del baluarte consiguen alcanzar al dragón, que campa a sus anchas por la ciudad.
La ira de la madre de los dragones es imparable y, aunque las campanas de la ciudad comienzan a sonar -en forma de rendición-, a ella no le basta, y su rostro lo demuestra. Lo que algunos predecían se ha cumplido: el despotismo de Daenerys toma forma. Ella y Drogon comienzan una cruzada que, a excepción de su ejército -los inmaculados y los dothraki-, nadie comparte. Jon Snow no puede creer lo que está ocurriendo. Su amor -y familia- está quemando vivos a los civiles indefensos de la ciudad y a los soldados que han depuesto sus armas, pero a nadie parece importarle.
A las puertas de las murallas interiores de la ciudad, un grupo de soldados de los Lannister se ha quedado recluido sin poder refugiarse, pidiendo auxilio. En un momento de desesperación tiran sus espadas en señal de rendición.Cuando todos creíamos que los ejércitos de dothraki e inmaculados iban a tener piedad con ellos comienzan una sangrienta batida abriéndose paso hasta el portón, acabando con todos los soldados a sangre fría y sin reparar en un mínimo atisbo de compasión. Entendemos así que Gusano Gris no ha podido olvidar lo que le hicieron a Missandei.
¿Pero qué puede hacer Jon Snow? Vemos a un Stark totalmente perdido y desorientado. Igual de perdido y confundido que Cersei, que mira incrédula la situación desde lo alto de su torre. "La Fortaleza Roja nunca ha caído. Tampoco hoy", le dice al maestre Qyburn, sin querer resignarse.
Sálvese quien pueda
Aunque parece que Jamie no iba a llegar nunca (le cierran las puertas de la ciudadela en las narices), por fin se acerca al palacio donde se encuentra su hermana. Pero los obstáculos son inevitables y Euron Greyjoy peleará por el amor de Cersei a muerte en un duelo que nos ha sacado el corazón del pecho a más de uno. Gravemente herido, Jamie empala a su adversario hasta acabar con él y continúa su camino hacia la fortaleza.
Arya y Sendor Clegane por fin han alcanzado el bastión de los Lannister, que se cae a pedazos de un momento a otro. Arya se ve obligada a dar marcha atrás pues ambos saben que es una misión suicida adentrarse en él.
En el interior de la Fortaleza Roja, Cersei empieza a entender que no tiene ninguna probabilidad de ganar. Mientras el edificio se derrumba, huye junto a la Montaña y Qyburn. Bajando las escaleras de la torre se encuentran con el Perro, quien quiere saldar cuentas con su hermano. Aunque Cersei le pide que no se separe de ella, éste hace caso omiso y, en un ataque de furia, acaba con la vida de Qyburn.
Es entonces cuando tiene lugar uno de los enfrentamientos más épicos que ha dejado la serie. Una lluvia de golpes entre el Perro y la Montaña se apodera de la pantalla, pero Gregor Clegane es una bestia invencible. Tiene más vidas que un gato. Ni atravesándole en todas las partes del cuerpo -cabeza incluida- parece querer morir. Al final el Perro se sacrifica abalanzándose contra su hermano y caen los dos desde la torre.
La ciudad está totalmente destruida, pero el fuego de Drogon sigue convirtiendo en ceniza todo lo que puede. ¿Qué demonios le ha pasado a Daenerys? ¿Acaso no ve a las mujeres y niños que yacen calcinados a su alrededor? Somos espectadores de una lluvia de imágenes en las que vemos a varios civiles siendo degollados o agonizando entre las llamas. Caos.
"Nada más importa, solo tú y yo"
Ya en la ciudadela, Jamie se reencuentra con su hermana Cersei, quien está totalmente desesperada y desorientada, sin saber dónde ir y viendo como sus aposentos quedan reducidos al polvo. Muy malherido y con la poca fuerza que le queda, trata de buscar una salida para ponerla a salvo pero ambos quedan atrapados en una sala rodeada por los escombros.
"Quiero que nuestro hijo viva", repite una y otra vez Cersei, que sabe que su final se acerca. "No me dejes morir", le suplica a su hermano. "Nada más importa, solo tú y yo" le contesta él en un abrazo eterno antes de que el derrumbamiento del edificio ponga fin a sus vidas. No lo podemos creer. Cersei no muere a manos de Arya, ni de su hermano Tyrion, ni de Jamie (como algunos auguraban). Parece que todo se está torciendo al final de la serie.
El episodio acaba con Arya deambulando por las calles de la ciudad, desorientada. Solo hay muerte y polvo a su alrededor. Con la cara ensangrentada, cubierta de ceniza y exhausta trata de ponerse a salvo como puede hasta que al final encuentra un caballo blanco que -bromas aparte- parece que hayan puesto ahí por arte de magia para que pueda escapar. El plano final es una ciudad desértica y la joven Stark galopando hacia las puertas de la ciudad.
Recapitulando...
Si algo podemos sacar en claro de este episodio es que Daenerys ya no es la joven inocente que conocimos en el primer primer capítulo de la serie. Ya no es la rompedora de cadenas ni la idealista princesa que luchaba por la justicia y la libertad.
El 8x05 ('Las campanas'), nos ha dejado muchas muertes: Varys, Euron Greyjoy, Harry Strickland (comandante de la Guardia Dorada), El Perro, La Montaña, el Maestre Qyburn (consejero de Cersei), Jamie y Cersei.
Jon Snow no ha podido hacer nada para impedirlo, ni tampoco Arya. Ni rastro de Bran y Sansa. El capítulo es una locura. Fuego y destrucción por doquier. Tendremos que esperar a la semana que viene para saber cómo termina la serie que ha enganchado a millones de espectadores y que levanta tantas emociones como las que hemos vivido esta madrugada. Seis días para el final.
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