Con las fiestas navideñas llegan las comidas copiosas y en más de una ocasión, excesos con las copas que acaban con una terrible resaca. Boticaria García ha desmentido en Zapeando algunos de los mitos más extendidos sobre cómo aliviar el malestar tras pasarnos con el alcohol.

Uno de los más repetidos es "si no mezclas alcohol, evitas la resaca". Pero es falso. "Lo importante es la cantidad final de alcohol ingerido, independientemente de dónde venga. Lo que suele suceder es que, cuando mezclamos, la cantidad final de alcohol es más grande", explica Boticaria.

En cuanto a si es verdad que las mujeres toleran el alcohol peor que los hombres, Boticaria explica que esto sí es cierto, por dos razones: "Las mujeres tenemos menos cantidad de enzimas metabólicas que los hombres y por eso eliminamos el alcohol más despacio y, por otro lado, las concentraciones de alcohol en sangre de la mujer son mayores".

"Hay que hacer mucho pis para eliminar el alcohol" es un falso mito, ya que "únicamente un 5% del alcohol se elimina a través de la orina, el sudor y el aliento", según indica la especialista. Otra 'cura' popular contra la resaca es combatirla bebiendo más alcohol al día siguiente. Algo que es rotundamente falso: "Semejante no cura a semejante", resume Boticaria, que explica que "seguir bebiendo alcohol lo único que hará es empeorar" nuestro estado.

Tampoco un café cargado es un remedio efectivo."El café no aumenta la velocidad de eliminación del alcohol. Al revés, al reducir el sueño después de una noche de juerga puede ser peligroso, porque nos hace pensar que estamos en condiciones de conducir cuando en realidad no lo estamos", advierte. Por otra parte, "no está demostrado" que tomar vitaminas del grupo B ayude a metabolizar mejor el alcohol, aunque "a falta de una alternativa mejor, en algunos centros de salud se sigue inyectando".

Sí es cierto, en cambio, que nuestro estado anímico durante la ingesta de alcohol afecta a la resaca, ya que "el alcohol actúa directamente en el sistema nervioso", de tal forma que "una situación emocionalmente inestable mientras se ingiere alcohol puede influir en la posterior resaca". "Si bebes no conduzcas y si estas triste, no bebas", concluye Boticaria García.