"Las podemos comprar muy fácilmente y la gama que encontramos en el mercado es amplísima. Proteína de suero de leche de todos los sabores, de todos los tamaños y hasta en versión vegana. Eso sí, no para todos los bolsillos, porque baratas, baratas, no son", cuenta Sara Calvo en laSexta Xplica.
Es la nueva moda y la podemos encontrar en batidos, yogures e incluso natillas. "Los yogures con proteína cuestan el doble que los normales. Los expertos nos dicen que si llevamos una dieta sana y equilibrada no son necesarias", recalca la periodista. "De hecho, no aportan nada, porque nuestro organismo solo absorbe una cantidad determinada de proteína. El resto, la expulsa".
Además, habría que tener cuidado con las calorías, pues que un alimento contenga un extra de proteínas no significa que esté libre de grasas o azúcares. "Pueden tener hasta el doble o el triple de calorías", cuenta Rubén Bravo, portavoz de IMEO (Instituto Médico Europeo de la Obesidad) y nutricionista.
En plató, la nutricionista Verónica Chazin coincide en señalar que no es algo necesario si la alimentación es la adecuada. "No tiene ningún sentido tomarlo como una rutina". "Solamente por llevar la palabra proteína la población piensa que son más saludables y esto no es así", afirma Paloma Quintana. Las proteínas más sanas y baratas se encuentran en los platos más sanos, tradicionales y cotidianos, como los garbanzos, las carnes, los pescados y los huevos; alimentos sin procesar.
Muchos las utilizan para aumentar la masa muscular. "Vamos a partir del inicio y a empezar la casa por los cimientos: tienes que ir al gimnasio y hacer deporte", advierte Pablo Ojeda. "Chico, como no estimules el músculo, poco vas a hacer. [...] Primero, gimnasio. Primero, ejercicio".
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