Madeira busca atraer nómadas digitales. En dos años de proyecto han atraído a casi 8.100 teletrabajadores. Algo parecido han hecho en un pequeño pueblo de la provincia de Albacete, Letur. Allí, Pablo, hace años, abrió una empresa de lácteos ecológicos para parar la despoblación. Pero, aún así, en las últimas tres décadas, habían perdido una tercera parte de sus habitantes, por lo que el teletrabajo podía ser la solución.
Según ha indicado a laSexta Columna, el objetivo es que "atraer a personas que puedan teletrabajar o trasladar su trabajo de la ciudad a Letur, y que además de traer su trabajo puedan venir con niños". Allí ya hay instalados programadores de páginas web, de software, una chica teleoperadora...
Para que la idea funcione, este empresario acaba de construir este bloque de viviendas donde alojar a los nuevos vecinos. "A mí me parece que es una casa enorme comparado con compartir piso con 4 personas en una habitación de mierda", ha aseverado uno de los jóvenes trasladados que ha narrado a laSexta Columna que residía en una habitación de alquiler en Ámsterdam por la que pagaba 900 euros. "Mi casa es más grande y para mí solo y pago 250 euros", ha añadido.
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Pablo ha indicado que el edificio tiene viviendas de la máxima calidad, pero a un precio de pueblo, entre 250 y 380 euros. En 9 de las 10 viviendas alquiladas ya hay 28 personas nuevas, de las cuales 12 son niños.
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"Muchos exiliados acabaron arrojándose al mar para suicidarse porque no podían enfrentar las duras condiciones de vida", señala en este vídeo Ainhoa Campos, del Grupo de Investigación de Guerra Civil y Franquismo de la Complutense.