Hasta hace nada eran intocables, pero hoy, el Rey y su familia son un objetivo más de las críticas ciudadanas.

"Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir". Esta declaración sin precedentes es la consecuencia inmediata de una foto, la de la cacería en Botsuana, que supone un punto de inflexión en su imagen pública.

Las críticas a la Corona no vienen sólo por algunos de sus actos, también el comportamiento de la corte le perjudica. El mayor problema del monarca es Iñaki Urdangarin.

El marido de la infanta Cristina está imputado por evasión de impuestos, fraude fiscal, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos.

El juez sospecha que él y su socio, Diego Torres, han recibido de manera indebida casi 6 millones de euros del Instituto Nóos. Todo, dinero público de los Gobiernos valenciano y balear.

Según fuentes cercanas a Zarzuela, cuando el Rey se entera en 2006, le pide a Urdangarin que se aleje de Nóos y de su socio, Diego Torres, que corte por lo sano.

Sin embargo, los correos electrónicos que entregó Diego Torres al juez el sábado pasado, sugieren que esto no sería del todo cierto: el Rey habría seguido apoyando a Urdangarin en proyectos posteriores, según intenta demostrar el socio del duque.

Según Torres, el sueño de Urdangarín era montar un segundo equipo español para la Copa América de Vela. Es el proyecto Ayre. En las reuniones preparativas estaba el duque, no faltaba su socio Diego Torres, y el empresario Pedro Perelló.

Según el exsocio de Nóos, en aquella época, año 2007, cuando oficialmente el Rey ya le ha llamado la atención a Urdangarín por sus negocios con Torres, el duque seguiría compartiendo correos electrónicos con su socio, presumiendo de haber "conseguido que el Rey se viera con Pedro para presentarle el proyecto", de tener "un mensaje de parte del Rey",  y de que SM, se supone que Su Majestad, le ha dado una idea sobre "un posible patrocinador importante" o que SM, de nuevo, le ha comentado "las ganas que tiene de que el proyecto salga adelante".