Curiosamente al ser preguntados por los políticos a los que admiran siempre eligen a alguno de los más llamativos del partido al que siguen, mientras que centran el odio y la nula admiración en los representantes de los partidos opuestos.

Sin embargo, los políticos del futuro tienen todos una cosa en común y es que ninguno de ellos quiere meterse en política para vivir sólo de ella. Una muestra de ello es José, un joven de 28 años de Nuevas Generaciones del Partido Popular, que trabaja en un colegio interno y hace un máster en psicología que considera que "al final todo es política". Por su parte, Noelia García Palomares, de las Juventudes Socialistas, considera que "los jóvenes tenemos la responsabilidad de dar las líneas rojas y ser los vanguardistas en este momento".

Aunque entre ellos destaca Beatriz Talegón, que en el Consejo de la Internacional Socialista, fue capaz de dejar con cara de póker a los mayores del partido diciéndoles que "no estamos de acuerdo con vuestras decisiones como ir en coches de lujo o cosas similares".

Sin embargo, para muchas personas, las juventudes políticas son el germen de uno de los males de la política, ya que crean políticos profesionales que sólo viven del partido durante toda su vida. De hecho, Ana Botella criticó hace unos meses a este tipo de generaciones diciendo que no estaba de acuerdo con las nuevas generaciones de los partidos, algo que José ve como unas declaraciones "muy desafortunadas".

Pese a sus diferencias evidentes, estos jóvenes comparten una idea básica como es su descontento con los políticos actuales y creen en la política para cambiar las cosas. "Sin política es imposible cambiar las cosas", reconocen en las Juventudes Socialistas". "Es una necesidad crear y particpar  en la política porque sino van a seguir gobernándonos sin tenernos en cuenta", comenta Begoña Martín, militante de las Juventudes Comunistas.