Esperanza Aguirre, José Luis Feito, Juan Rosell o José manuel Bauza, entre otros, no han parado de transmitir una idea que con declaraciones como las que pueden ver en las imágenes, una idea muy clara: los parados no trabajan porque las prestaciones en España son demasiado altas. Pero eso no siempre es cierto.

Los desempleados holandeses reciben el 75% de su sueldo, un 25% más que en España. Allí la prestación dura 3 años, uno más que aquí. Eso sí, si se rechaza un sólo trabajo le quitan la prestación.

En Italia la cuantía es de un 80% del sueldo pero durante menos tiempo: como máximo un año.

En Alemania: cobran el 60% pero están obligados a realizar trabajos para la Administración, lo mismo que propone ahora el Gobierno español.

Aún así, con todos estos ejemplos sobre la mesa, el Gobierno español insiste en recortar el paro. Le costó mucho pronunciarlo, pero poco ejecutarlo.

Ahora los nuevos parados cobrarán, a partir del séptimo mes mes, el 50% en vez del 60%. Entre 40 y 140 euros menos al mes.

Sin embargo, el primero que falla a la hora de incentivar la búsqueda de empleo es el propio Gobierno porque su oficina de colocación, está saturada.

Sólo un 3% de los parados consiguen trabajo a través del antiguo Inem, hoy llamado Servicio de Empleo Público Estatal. Un dato muy escaso comparado con Cáritas, que coloca a un 16%, cinco veces más.