Como a gran parte de los políticos imputados se le acusa de haber dado concesiones a cambio de regalos. Él lo niega todo. Su principal mensaje es que él, es la víctima. Y lo repite durante toda la entrevista: "La actuación fue desproporcionada e injusta". "50 horas en el calabozo sin saber qué se me imputaba". "A otros no les pasó". "La actuación de la jueza desproporcionada ha quebrantado la expresión social de los votantes".

A la pregunta de si alguna vez le ofrecieron un regalo cuantioso, Rodríguez lo rechaza... a medias. "No voy a negar porque no estaría diciendo la verdad, que alguien te mande una botella de vino, lotería. Eso ha ocurrido siempre".

Pero queremos saber por qué está imputado. Así que le preguntamos por un episodio que ocurrió a miles de kilómetros. En su declaración la jueza le preguntó por un viaje a Salvador de Bahía en Brasil. Era un viaje  pagado por empresarios para vender la ciudad de Orense, pero fue sólo con su pareja, sin empresarios gallegos. Una contradicción que le pedimos que escuche.

Tras escuchar parte de su declaración pide: "No lo quiere terminar de escuchar. Ya lo conozco. La intención era muy clara, a través de esa invitación, entrar en contacto con empresarios". 

La intención podría parecer clara pero el resultado no tanto. "Que yo sepa todavía no hay resultado, espero que lo haya en el futuro", afirma el exalcalde de Ourense. 

Y hay más, le preguntamos por su hijo y su actual pareja, también imputada. Ambos trabajaron en empresas implicadas en la trama. No lo desmiente, lo justifica. "Son empresas privadas y hay que respetar. Sí es cierto que mi hijo con un contrato de formación estuvo unos pocos meses trabajando en esta empresas. Si yo fuera una persona con capacidad de influir en esa empresa intentaría que permaneciera. Mi hijo lleva dos años en el paro. No fui muy influyente".

"Mi compañera si es verdad que se presentó, la contrataron con selección. Con salario bastante pequeño y muchas horas de trabajo", termina revelando. Muchas horas de trabajo sí, pero en una empresa que contrataba con el Ayuntamiento de Orense, que él dirigía. 

Hubo un tiempo en que el exalcalde de Ourense se rodeaba de los grandes líderes de su partido. Incluso cuando, ya imputado, dimitió, su pueblo le seguía queriendo. Él dice que nada ha cambiado. Lo comprobamos en la calle con un pequeño paseo. Solo le saluda una persona. Parece que los tiempos de éxito ya pasaron. "Seguro que cometí errores, pero tengo la conciencia tranquila de no haberme servido personalmente".