Fernando San Agustín y Jaime Rocha, exespías españoles, escriben novela a día de hoy. En sus libros han encontrado la forma de camuflar unas vivencias, imposibles de contar de otra manera. De esta forma intentan resumir décadas de Servicio de las que no siempre puedes estar orgulloso. "Este trabajo te hace avergonzarte porque es mentir, falsificar, frustrar. Lo único bueno es que sirves a tu sociedad, a tu patria, pero en el día a día no hay nada de bueno, porque sabes que estás mintiendo a una persona que confía en ti", cuenta San Agustín.

"Sabes que estás falsificando un documento que puede hacer daño a los demás, pero te importa un pimiento, porque tú sirves a la sociedad y esto es malo", cuenta el exespía, quien ha compartido con Rocha un oficio que necesita de la mentira para salir adelante. Pero ¿puede un espía dejar de serlo totalmente? Así responde Elena Labrado, periodista y analista de Inteligencia: "¿Deja un maestro de ser un maestro cuando se retira? ¿Un médico? Yo croe que no estamos hablando de profesión, sino de vocación".