"El Gobierno en la parte que se portó bien fue en la de pagarnos para callarnos", asegura Toñico Haz. Este percebeiro desvela que, por limpiar el chapapote recibían entre 700 y 800 euros: "Después te pagaban 1.200 euros por estar parado y no poder salir a pescar".

Unas ayudas que la mariscadora Lola Gonzar tacha de insuficientes. "Nunca se compensó la catástrofe que tuvimos", indica dejando claro que ese dinero no solventaba el problema al que tuvieron que hacer frente por culpa del Prestige. Una opinión muy distinta a la que tiene Martín Villa, Comisionado del Gobierno.