El chef, tras el servicio de cenas, reúne a los trabajadores para hablar de la situación. Con las fichas del juego en la mano, Chicote asegura que ha tenido que dejar de contar a mitad del servicio porque “a partir de ahí, no he tenido cojones de seguir con la cuenta”.

Con las palabras de Alberto, Manolo se levanta y se va fuera a llorar porque a todo el mundo parece darle igual lo que ocurra en el restaurante. Sin embargo, el chef le anima y acaba asegurando: “Vamos a levantar esto como sea”.

A la vuelta a la reunión, Chicote quiere saber si su trabajo va a merecer la pena: “Si no puedo contar con vosotros aquí, ya no pinto nada”.