Alberto Chicote se traslada a Fuenlabrada para intentar reflotar 'La Corte', un local con una deuda de 800.000 y cuyo dueño, Jonathan, es un 'pagafantas' que le paga las fiestas "a sus colegas". Amigos con carta blanca para hacer y beber todo lo que se les antoje y que están llevando al traste un exitoso negocio con una década de vida.
Al llegar al restaurante temático, el chef de Pesadilla en la cocina prueba los platos para saber qué es lo que falla. Chicote degusta la ensalada César con pollo "requemado" y queso rallado que es como "goma para fundir"; las croquetas de morcilla que son "farinatas, todo harina"; la hamburguesa 'La Corte' sin huevo que está "decepcionante"; y la parrillada "te la comes a las tres de la tarde y terminas de masticarlo a las siete".
Tras probar la oreja prensada, lo tiene claro, la cocina es uno de los problemas. Y es que tiene sal… "Esto es para vender mucha cerveza, ¿no?", pregunta el cocinero.
Una vez descubierto el primer problema, Chicote echa un vistazo a la cocina de 'La Corte'. Allí comprueba que toda la comida es congelada. Jonathan tiene un almacén lleno de congeladores donde se encuentra toda la carta del restaurante. "Hemos pasado de la Edad Media, a la Edad de Hielo. Como salga un mamut de una de estas puertas, me cago", comenta el líder de Pesadilla en la cocina.
Horas más tarde llega la hora de la verdad. Chicote es testigo del primer servicio que arranca con el cachondeo de los camareros. Pronto los clientes empiezan a devolver los platos y a sentirse incómodos por la fiesta que tienen montada los trabajadores. Y es que creen que mucha gente va por el ambiente pero tienen tanta fiesta que incluso se salen del servicio para fumar o para irse de cañas al bar de al lado. Chicote se apresura a buscarles. "¿Estamos gilipollas?", les pregunta antes de cantarle las cuarenta al dueño: "Eres una especie de 'pagafantas' pero a lo grande".
Una vez finalizado el primer servicio, Chicote quiere saber la verdadera situación económica en la que se encuentra 'La Corte' para saber a qué se enfrenta. Jonathan le explica al chef de Pesadilla en la cocina que la deuda asciende a 800.000 euros. Una deuda que desconocen sus padres, los principales afectados ya que han avalado con su casa el negocio en crisis de su hijo.
El chef Alberto Chicote empieza a poner orden. El líder de Pesadilla en la cocina hace un cálculo de lo que consumen en chupitos, cervezas y copas al día cada camarero, y lo que ha supuesto para el negocio todo ese 'vicio'. La cifra es astronómica, 6.624 euros anuales más o menos. "Se te han ido 70.000 euros en alcohol regalado a los empleados", comenta el cocinero, Por ello, Chicote toma cartas en el asunto proclamando la Ley Seca en el restaurante para evitar que los camareros beban. Una norma que no sienta bien a nadie.
Para que el negocio empiece a arrancar, Alberto Chicote compra todo el carbón equivalente a lo gastado en bebida consumida por los camareros a lo largo de un año. Así, 'La Corte' puede disfrutar de lo mejor que tiene en su cocina: la parrilla. El chef de Pesadilla en la cocina enseña a los padres de Jonathan a hacer carne a la brasa para triunfar entre los comensales y reflotar el restaurante.
Tras instaurar el chef de Pesadilla en la cocina la Ley Seca, vestir a cada camarero de manera temática y poner a punto la parrilla, arranca un nuevo servicio, con cumpleaños incluido. Razón más que suficiente para que se incumpla la norma de no beber en la sala mientras se trabaja. En cocina, empieza el caos. Los chicos están alterados porque no pueden beber y los clientes les empiezan a devolver los platos porque se han quedado fríos. Tanta tensión que apaciguan a golpe de alcohol. "No sé cómo tienen los cojones de empezar el servicio y pim-pam trucu-trucu", dice Alberto antes de abandonar. "Ahí te quedas, monín", se despide de Jonathan.
El equipo de reformas de Pesadilla en la cocina se enfrenta por primera vez a un restaurante medieval con el reto de convertirlo en el local más emblemático de la ciudad. El programa ha dotado al negocio de una nueva imagen y nueva carta después de que Jonathan le pidiera volver al chef. "La idea es recrear un salón donde se celebra un festín medieval cada vez que está abierto", explica Alberto Chicote.
Arranca el servicio de reaperturay todo Fuenlabrada está dentro de 'La Corte'. Clemen y Paco no son profesionales y empiezan a agobiarse con la primera comanda y con los nervios del resto del equipo. Alberto Chicote les hace entender a Jonathan y a los camareros que los dos cocineros necesitan apoyo y no gritos. Entendido eso, el servicio se desarrolla a la perfección.
Alberto Chicote alucina
La risa del dueño del CD Estoril ante el enfado de los clientes: "Me da miedo salir, me iba a ir y casi me linchan"
"¿Qué es lo divertido?", pregunta alucinado Alberto Chicote a Álex, dueño del Estoril, que entra en la cocina riéndose por el enfado de sus clientes: "Tienes a la gente fuera sin comer ni beber y cagandose en la puta...".