El servicio en Il Fogon della Toscana empieza a fallar estando Chicote presente. Su dueño, José Antonio, parece tener muchas excusas y poca autocrítica.
Remedios recuerda en cocina que una de las mesas espera un provolone, pero el cocinero se niega: "El horno está sin funcionar, Reme, suelta gas. Si lo enciendo se prende toda la cocina y explotamos todos".
"¡Dios mío de mi vida!", grita la dueña, alucinando de que su marido, dueño también del restaurante, no haya hecho por arreglarlo sabiendo que estaba estropeado.
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"Cada cosa que se estropea se lo digo, pero si él no quiere arreglarla no puedo hacer nada", asegura el cocinero.