"Ronald Reagan siempre estuvo al corriente de la situación". El falso golpe de Estado del 23F contó con el beneplácito de EEUU. Los artífices del teatrillo golpista no querían ninguna aguja sin enhebrar. William Parker, exagente de la CIA, aportaba claras muestras de ello en Operación Palace.

Para que el falso golpe de Estado saliera adelante todo tenía que estar bajo control. La operación también debía anticiparse a la reacción de los actores internacionales y al impacto que la noticia podía desencadenar en el resto de países. Bajo esa premisa se decida informar al Gobierno de EEUU a través de su embajador en Madrid.

"Reagan -entonces presidente de EEUU- sabía que intentábamos reforzar la democracia en España. Por eso el día del golpe, Alexander Haig, entonces Secretario de Estado dijo públicamente que era un asunto interno español. Esa fue la contribución de EEUU a la Operación Palace", apunta William Parker.

El 16 de febrero de 1981, una semana antes del golpe, la Casa Blanca informa vía télex de que se mantendrá totalmente al margen de la operación golpista. A cambio, impone una condición totalmente inesperada. "España podía contar con nuestro apoyo pero había una condición, pero a cambio, tendría que entrar en la OTAN y eso no era negociable", relata el exagente Parker.

España acabaría formando parte de la OTAN, sí; pero no como pago por el silencio internacional en torno a la Operación Palace. Entraría en el organismo internacional en 1986, cinco años después del golpe de Estado de Tejero y tras un referéndum consultivo en el que ganó el "Sí". Nada tenía que ver el intento golpista de 1981, ni mucho menos: eso también fue obra de la capacidad de invención de Évole y su equipo.

Operación Palace: ¿puede una mentira explicar una verdad?

"Seguramente otras veces les han mentido y nadie se lo ha dicho", reflexionaba Jordi Évole el 23 de febrero de 2014. Lo decía inmediatamente después de la emisión de Operación Palace en laSexta. Y lo hacía para explicar el porqué de un programa tan aclamado como controvertido que convenía aclarar a la audiencia. Había aprovechado el 33 aniversario del golpe de Estado de Tejero para poner patas arriba el 23F.

Operación Palace vino a demostrar que sabíamos menos de lo que creíamos sobre uno de los episodios más sombríos de la democracia española. Pero, ¿puede una mentira explicar una verdad? Ese fue el reclamo que utilizó Évole para aumentar la expectación previa al documental que acaparó la audiencia del 23 de febrero. Era 2014 y hacía 34 años del fallido golpe de Estado que pudo cambiar la historia de la democracia española. En 1981, el teniente coronel Antonio Tejero tomó el Congreso de los Diputados como abanderado del descontento militar hacia ciertos aspectos de la Transición.

El Gobierno de Adolfo Suárez no pudo contener la tensión derivada, entre otras cosas, del descontento del Ejército, la violencia de ETA o la crisis económica que acechaba a una sociedad incapaz de acomodarse a la democracia. Esa situación le estalló en las manos a las instituciones del Estado en el golpe del 23F.

Esta es la versión -formato reducido- que todos conocíamos hasta el 23 de febrero de 2014. Ese día conocimos una verdad alternativa. Jordi Évole desveló que el golpe de Estado fue en realidad un montaje. Una farsa casi cinematográfica dirigida por José Luis Garci que contó con la connivencia de gran parte de los líderes políticos de la época e incluso del rey Juan Carlos. Todos estaban en el ajo de aquel famoso "¡Todo el mundo al suelo!" que pronunció Tejero en el Congreso.

Esa es la versión que se le ocurrió a Évole y su equipo. Necesitaban arrojar luz sobre un episodio casi tabú. Su objetivo no era otro que denunciar la opacidad de todo cuanto ocurrió aquel 23F. No había intención de engañar a la audiencia con un falso documental. Pretendían demostrar que no sabemos tanto como creemos de un hecho que pudo haber cambiado el rumbo de España.

"El Tribunal Supremo no autoriza la consulta del sumario del juicio hasta que hayan transcurrido 25 años desde la muerte de los procesados o 50 años desde el golpe". Así finalizaba Operación Palace. Y ese fue el argumento al que se agarró Jordi Évole para revolucionar a la opinión pública. Hubieran preferido informar con la versión oficial en la mano. Pero no era imposible. Los tiempos establecidos lo impiden y eso abona aún más el terreno para especulaciones y fabulaciones.

Iñaki Gabilondo, Fernando Ónega, Jorge Verstrynge, Luis María Ansón o el propio José Luis Garci fueron algunas de las personalidades que prestaron su imagen al experimento de Évole y su equipo. Fueron cómplices de un género difícil de ver en televisión (el falso documental o 'mockumentary') que devolvió el golpe del 23F a primera plana.