La experiencia de volar en globo puede ser un sueño para muchos. Dejarse llevar por el viento, respirar aire puro y disfrutar de unas buenas vistas puede ser un plan fantástico hasta para los menos atrevidos.

A pesar de que algunos sientan rechazo, tenemos que tener algo en mente: es un medio de transporte de lo más seguro. Con varios quemadores por si falla alguno, la vela y su sencillez lo convierte en un aparato muy seguro.

La estructura del globo aerostático es muy parecida a la que se inventó en 1783: base de mimbre y tela para elevarse en el aire. Los pilotos deben estar muy pendientes del tiempo, ya que los globos funcionan con aire caliente. Una vez se calienta todo el aire que posee el globo, éste asciende y cuando se enfría, debe bajar.

Aunque pueda impresionar al principio, las vistas hacen olvidar que estamos a 550 metros del suelo. Un vuelo de algo más de una hora de viaje para disfrutar del Alcázar y del Acueducto de Segovia desde una mirada privilegiada.