Alberto Ruiz Gallardón, Esteban González Pons, Iñaki Oyarzabal y Marcial Marín han sido víctimas de este fenómeno llamado 'escrache'.

El pasado 19 de marzo, en la estación de Atocha, un grupo de afectados por la hipoteca entraron en una cafetería donde se encontraba Marcial Marín al grito de ¡Sí se puede!, pero varios agentes de la policía no les permitieron entrar. El consejero de educación, cultura y deportes de Castilla La Mancha, tuvo que abandonar el local y durante unos minutos fue abucheado por la multitud.

Un día después, el objetivo fue la casa de Alberto Ruiz-Gallardón. El portero de la comunidad les impidió el acceso, pero ese mismo día, la plataforma se puso en marcha hacia un nuevo objetivo y acabaron frente al hotel donde se alojaba el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, pero en el momento el político no se encontraba allí.

Esto es el escrache, la capacidad para crear una sombra de permanente denuncia. Apoyada por unos y repudiada por otros, como aseguraba el secretario general de Izquierda Unida, quien no es partidario de ello pero no obstante, respeta "la decisión que ellos adopten libremente porque entiendo también que la gente está muy cabreada".

Pero, ¿cuál es el límite de estas acciones? Según Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso, "el límite es la violencia y eso es lo que nosotros no vamos a consentir"