Parece que el copiloto se despereza de una siesta y le pide al conductor que baje la música, pero el conductor no aparece. Se ve al copiloto sujetando el volante desde su posición y conduciendo a una velocidad elvada. Parece que él mismo está manejando los pedales, además parece que tiene la otra mano ocupada grabando su azaña. No contento con ello este piloto-copiloto se atreve a adelantar a un camión. Por la velocidad al que el camión ha sido adelantado se puede deducir que no iba precisamente lento.
La policía quiere que se difunda uno de los vídeos para identificarle. Pide ayuda ciudadana desde las redes sociales. Estas imprudencias al volante pueden ocasionar un accidente que se puede evitar.
Esta temeridad le puede costar prisión de entre uno a dos años, multa de séis a doce meses y privación del carnet de conducir. El conductor tenía más vídeos subidos a la red, pero los ha borrado, desaparecidos sin dejar rastro.
No es la primera vez que la policía pide ayuda a la ciudadanía, y espera que en esta ocasión con una imágen tán nítida que alguién pueda reconcerle y dar con su paradero. Probablemente este copiloto imprudente querría gastar una broma y crear un vídeo viral para que la gente lo difunda por internet. Sí es así, ha conseguido el objetivo, tiene a la policía detrás dispuesta a pedirle cuentas por su temeridad.