La supuesta marchante de arte del extesorero del Partido Popular se llama Isabel Mackinlay, es pintora y desmontó ante el juez Ruz y por videoconferencia la coartada de Luis Bárcenas. 

El extesorero del PP dijo que Mackinlay era una marchante de arte que había comprado unos cuadros a su mujer Rosalía Iglesias. Pero la argentina negó haberla visto nunca. "Nunca, no la he conocido nunca, no la he visto, no nada", aseguró.

Pero sí que reconoció que un amigo suyo, Patricio Bell, que trabajaba para Ángel Sanchís, amigo de Bárcenas, le ofrece un negocio que ella acepta por 1.000 dólares."El señor Patricio Bell me ofreció participar en la venta de unos cuadros como intermediario. Y yo le dije que sí que me parecía interesante".

Unos meses después se reunieron en el despacho de Ángel Sanchis de su empresa de limones en Argentina, llamada La Moraleja. "Eramos cuatro: el señor Sanchís, este señor que yo no conocía, Patricio y yo". El señor que no conocía era Luis Bárcenas. Ella se enteró cuando la citaron como testigo. "Puse en internet y ahí salió la foto de Luis Bárcenas y dije yo tomé un café con este señor", comentó.

Supuestamente hicieron dos contratos. La primera era por la compraventa de dos cuadros del siglo XV, pero ella no reconoce su firma cuando le enseñan el documento que entregó Bárcenas."De verdad le digo que ese documento yo no lo firmé".

Casi un año después la llamaron para hacer una modificación del contrato, ahí reconoce la firma pero no datos como el precio de la venta: "Yo en los papeles que firmé dice que la señora Doña Rosalía declaraba haber recibido con anterioridad una suma que tampoco son 500, son 560.000"

Cuando ella preguntó por qué este cambio, ésto fue lo que la respondió su amigo el testaferro:  "Me dice que no me ocupe más, que él se ocupa de todo que son sus amigos y yo le hice caso".Esos 560.000 euros sirvieron para que Rosalía Iglesias intentara justificar así un ingreso de 500.000 euros que hizo en su cuenta en billetes de 500.

22 días después de la declaración de la pintora, Bárcenas y su mujer acudieron a los juzgados. Dijeron que la marchante sufría enajenación mental. Ese mismo día Ruz dictó auto de prisión para el extesorero. Y en Soto del Real sigue 5 meses y 20 días después.