Radar COVID, la app de radar de contagios del Gobierno, es la más descargada en España, aunque aún no funciona en su totalidad. Deborah García, química y divulgadora científica, explica en Más Vale Tarde las claves y el funcionamiento de esta aplicación. "La aplicación, gracias al bluetooth activo del móvil, elabora una lista de contactos y registra todas las personas cercanas que también tienen la app instalada. Y esto ya funciona".

Sin embargo, a la espera de las CCAA, la parte de las notificaciones sanitarias es la que todavía no se encuentra activa. No obstante, tal y como explica Deborah García, "si descargamos la app ya estamos construyendo nuestro registro de contactos y cuando la comunidad autónoma dé el OK empezarán a llegarnos las notificaciones".

La app no desvela datos personales ni de ubicación. "Solo contacta un dispositivo móvil con otro y registrar que esos dispositivos han estado en contacto. Por privacidad no se desvela a quienes pertenecen esos móviles ni su localización. Respeta la intimidad de las personas", aclara la experta, que indica que sería necesario que un 30% de la población española se la instalara para que los datos que proporciona tengan utilidad. "Se trata de un complemento del sistema de rastreo convencional".

Otra de las dudas con respecto a esta aplicación reside en si podría establecerse como obligatoria para la población: "La propia política de privacidad de la APP, en sus bases de legitimación, indica los motivos por los que se recogen los datos. Y aparte del consentimiento, la principal razón es la defensa de la salud pública", explica Elena Gil, jurista.

Sería muy delicado saltar a medidas obligatorias"

Elena Gil, jurista experta en protección de datos

La experta argumenta que esto podría ser utilizado para imponer a toda la población la descarga de Radar COVID, aunque insiste en que "habría que estudiarlo muy bien", porque "se estarían saltando muchas barreras". No obstante, con el estado de alarma ya se limitaron ciertos derechos ante la excepcionalidad de la situación. ¿Justificaría esto que la descarga de la aplicación se impusiera por ley? Gil cree que no: "Es una obligación bastante más fuerte y duradera [que la del estado de alarma]. Es positivo que sea el usuario quien decida si la quiere descargar o no. Porque sería muy delicado saltar a medidas obligatorias", sentencia.