Vejada, humillada y coaccionada por un conductor de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid. La Audiencia Provincial de Madrid ha ratificado esta sentencia que obliga a un conductor de autobús a pagar una multa de 240 euros por estos hechos.

El pasado 20 de noviembre, Lucía, de 10 años, con una discapacidad del 83%, pretendía coger un autobús para acudir a su terapia. Pero al llegar el autobús el conductor se negó a bajar la rampa.

Según su madre y la propia sentencia, la actitud del conductor fue chulesca y puso en duda la discapacidad de la pequeña Lucía. La pequeña tuvo que esperar al siguiente autobús y en este caso, el conductor, si activó la rampa como manda el protocolo de la EMT.

Pero la batalla de esta familia no se acaba aquí. Marina quiere que la empresa pública se responsabilice de la actitud de su conductor. Hablamos de una multa que podría oscilar entre los 600.000 y el millón de euros.

Marina quiere dejar claro que no pide una indemnización, sino el reconocimiento expreso por parte de la empresa del desprecio que sufrió su hija.

Este programa se ha puesto en contacto con la EMT, que cree que se trata de un conflicto personal entre la familia y el conductor, que no tienen más nada que decir y que ya pidió disculpas a la familia.