Los dos examantes acusados de asesinar a Antonio Navarro en Patraix, Valencia, han declarado en el juicio por el crimen. Salvador Rodrigo ha confesado el crimen y se ha roto en varias ocasiones tras acusar a Maje de ser la inductora del asesinato. Ella se ha mostrado mucho más fría y ha repetido una y otra vez que ella nunca le pidió acabar con su marido.

Así, segura y rotunda, Maje ha negado su implicación en el crimen de su marido. Ha asegurado que lo encubrió, pero no lo planificó. Cada vez que se lo han preguntado ha insistido en que no había preparado con Salva ningún crimen.

El día del crimen, el 16 de Agosto de 2017, María Jesús ha afirmado que Salva le contó que había matado a su marido. Pero ha insistido en que no fue a la Policía por miedo.

De hecho, ha afirmado que todo fue idea de Salva. Eran compañeros, se ayudaban y tenían una relación íntima. "Las llaves de mi casa, del garaje y del Fiat Salva las tenía ya. Subía a mi casa cuando quería, porque sabía que Antonio no estaba. Se sabía media vida mía". Sin embargo, nunca tuvo planes de futuro con él.

El relato de Salva ha sido el opuesto. El autor material de los hechos ha acusado a Maje de planificarlo todo. En el juicio, ha explicado que ella le pidió que lo matara y él aceptó porque, dice, temía que Antonio acabara con su vida y, ha explicado, fue ella quien eligió fecha, lugar y le entregó las llaves para que matara a su marido.

Entre sollozos, y con los padres de Antonio detrás, ha explicado cómo lo mató: "Lo sorprendí y.. fue todo rápido, no me acuerdo. Llevo estos años intentando olvidarlo", ha confesado entre lágrimas.

De hecho, Salvador ha relatado que le comunicó a la acusada que iba a esconderse en el garaje para atacar a Antonio y que incluso le dijo que había adquirido un cuchillo. Por eso, al ser preguntado sobre si Maje sabía "perfectamente que ese día iba a matar a Antonio", el acusado no ha tenido dudas: sí. Según su versión le dijo que quería que muriera ese día, e incluso llegó a advertirle: "No quiero que falles".

Pero ha sido lo único a lo que no ha respondido. Durante 90 minutos, Salva ha ratificado hasta la última coma de su anterior declaración. Incluyendo más detalles: "Fui para sustituir a mi hermana porque estaba mi madre en urgencias. Me fui a tomar un café y en el mismo instante que me tome el café llego la brigada de homicidios...", ha explicado. El móvil de su asesinato, ha dicho, es que intentaba protegerla: "Pensaba que le podía pasar algo y temía perderla".

El acusado ha hablado de su detención, e incluso de que su relación con Maje continuó después del crimen, aunque de forma "más esporádica": "Ella trabajaba mucho más, pero seguíamos viéndonos".

Pero el momento más duro para él en la hora y media que ha pasado ante el juez ha sido cuando ha confesado por qué ha cambiado de versión. Roto ante el jurado, ha revelado que no ve a su hija desde hace más de un año: "Mi hija me decía que dijera la verdad, que dejara de mentir ya". Arrepentido, su última palabra ha sido para pedir perdón: "Quisiera pedirle perdón a la familia de Antonio, y a mi familia".

Un testimonio cuidado al detalle, en su declaración Salva ha rememorado hasta el día que conoció a la madre de la viuda. Que le escuchaba, sin perder detalle, desde la primera fila: "La conocí ese día que fui a recogerla a la estación. Me presente como compañero".

De la vida en prisión de ambos, también se ha hablado. Sobre todo de las carta de amor que se enviaron en los primero meses y que hoy se han leído en la Audiencia. En una de ellas, Maje escribe al asesino de su marido: "Juntos entramos y juntos saldremos, me tienes para lo que sea, pero te necesito Salva".

Algo que él contestó: "Maje te quiero, no es que esté enamorado de ti, es que cada día más, tus cartas hacen que desaparezca los barrotes". Unos sentimientos que, ha asegurado, son cosa del pasado.