Tamara de Castro lleva en paradero desconocido dos semanas. La joven, de 20 años, fue vista por última vez el pasado 26 de octubre en Vilanova i la Geltrú, donde vivía junto a su pareja desde hace tres años.

Su novio, Alex López, salió de casa ese día para ir a su trabajo como electricista, pero cuando regresó a por unas herramientas que había olvidado, ella ya no estaba.

Desde entonces han pasado 15 días, sin pistas sobre dónde puede estar la joven, que tampoco ha hablado con sus padres, que viven en Valencia y con quienes mantenía contacto a diario.

Su pareja, desesperado, sostiene que no le consta que Tamara tuviera motivos para marcharse y afirma que "en teoría no tiene ningún enemigo". "No sé qué le ha podido pasar, no sé nada, no sé si está bien", ha lamentado en Expediente Marlasca, donde ha explicado que la chica tampoco dejó ninguna nota.

"La noche anterior ella estuvo hablando con su madre como un día normal, se levantó, sacó el perro, cuando ya vi que no volvía no lo vi normal", ha relatado.

"Si me esta viendo, que al menos diga que está bien, porque la preocupación que tengo, 14 días sin comer, la familia está también fatal...", ha pedido el joven. "Con escuchar su voz nos quedamos tranquilos", ha añadido.

Según ha explicado, Tamara abandonó el domicilio solamente con un teléfono móvil que no utilizaban habitualmente, 50 euros y su DNI. Fue su suegro quien denunció la desaparición. "A mí los Mossos no me hicieron caso", ha aseverado.

"Que por favor vuelva. Es lo único que tengo y lo que tiene la familia, no tenemos nada más, solo la tenemos a ella", ha implorado Alex.

Tamara mide 1,66 metros, es morena y de ojos verdes. En el momento de su desaparición vestía un pantalón de chándal rojo y negro y una chaqueta roja. Si alguien la ve, debe ponerse en contacto con los Mossos o la Guardia Civil.