Más Vale Tarde ha querido hablar con Bárbara Llorente, una mujer de 31 años que padece todavía secuelas del coronavirus tras contagiarse en marzo de 2020. Ella ha contado en el programa cuáles son los síntomas que sigue sufriendo más de un año después de coger el virus. "Han sido muchos, y se mantienen otros durante este tiempo. Ahora mismo sigo teniendo disnea, problemas de insomnio y de estómago, mucho cansancio, dolores musculares y de cabeza, mareos... todo empeora con el esfuerzo".

Su pesadilla no se acaba: "Son muy pocos los días que me levanto y puedo caminar como una persona normal, y pocas horas las que puedo estar así". Pero ¿qué le dicen los médicos a Bárbara? "Los médicos no saben a lo que se enfrentan ni lo que tenemos", lamenta ella, añadiendo: "Todas las veces que he ido a Urgencias me nace impotencia porque todo sale bien: las analíticas, el electro... pero ven que tengo esos problemas".

"A finales de agosto, después de estar una semana ingresada porque me detectaron trombolismo pulmonar como consecuencia del COVID-19, estuve tres meses en rehabilitación y me la tuvieron que parar porque empecé a tener otro tipo de problemas", ha proseguido explicando la joven, que si bien ha afirmado que mejoró "a nivel respiratorio", no tardó en empezar a ver "consecuencias a nivel neurológico", razón por la que sigue pendiente de estudio.

Una situación que le cuesta sobrellevar: "En reposo estoy bien, el problema es cuando me muevo. Llevo más de un año sin poder ir a trabajar, desde abril". Por ello, siente mucha "impotencia, pena, tristeza" cuando ve las aglomeraciones y los botellones que se han dado por todo el país tras el fin del estado de alarma: "Sobre todo por el sacrificio que están haciendo los sanitarios todo este tiempo. Se me cae la cara de vergüenza reclamar cualquier cosa viendo esto".