Sabemos que intento legalizar una parte gracias a la amnistía fiscal del gobierno, fueron diez millones, calderilla a lado de los 47 millones que llego a tener.
El dinero que tenía Luis Bárcenas viajó mucho, por varios países para que no se tuviera constancia de su existencia. Estuvo en Suiza, en los bancos Dresdner Bank y Lombard Odier, en este último aparecen dos cuentas que son sospechosas.
En Panamá operó en la Fundacion Sinequanon y Granda Global S.A, mientras que en Nueva York en HSBC y en Bermudas en Impata. En Argentina Grupo Sur de Valores y la Moraleja S.A fueron las empresas con las que trabajó. En Liechtenstein y Uruguay, con los bancos Discount Bank y Tesedul S.A hubo movimiento en lo que se refiere al dinero que controlaba.
En todas hay trasferencias directas a Nassau, Bahamas y Estados Unidos. Una complicada telaraña donde siguió siempre las mismas pautas.
En una primera fase colocaba el dinero en cuenta suizas. A continuación lo movía con complejas operaciones para desvincularlo de su origen desconocido o sospechoso. Para finalizar, ese dinero regresaba al flujo económico normal. Unas pautas que le sirvió para esconder el dinero durante los últimos años.