Silencio ensordecedor en Madrid en plena hora punta y abundante espacio para aparcar. Así es como queda la capital española tras iniciar las vacaciones de agosto. Las 'migraciones veraniegas' han provocado que zonas concurridas habitualmente como el Paseo del Prado, a 20 metros de la Cibeles, esté desierto a las 14h de la tarde.

Al mismo tiempo, en la costa de Valencia, aglomeraciones de coches. "Vinimos el día 1 y tardamos 7 horas en llegar" afirma una turista. Después de sufrir el atasco, toca aparcar aunque sea en el bordillo amarillo, mientras en Madrid, el aparcamiento deja de ser un problema para quienes permanecen en la ciudad en agosto.

No hay comparación entre la cola del 'Lavapiés' de la playa de Cullera y la 'no cola' del Museo del Prado. Algunos turistas se han sentido 'afortunados' al llegar a las puertas del afamado museo y no encontrar nadie en la espera. Y para tomar algo, coger una buena mesa en la costa valenciana, es tarea dificil. En cambio en Madrid, una señora se ha podido sentar en un bar "sin reservar mesa".

A quienes cogen el bus cada día en la ciudad, encontrarán las paradas vacías y una menor frecuencia en el paso del transporte. "Es normal, hay menos gente en Madrid", afirma un ciudadano.