Con una caña de pescar en la mano y el lago y el silencio como únicos testigos de esta conversación, Juan José Ballesta habló sin tapujos de algunos de los aspectos más complicados de su vida con Jordi Évole. El actor, que se hizo famoso a los 12 años por su papel en la película 'El Bola', de donde recibió el sobrenombre con el que aún se le conoce, se sinceraba acerca de su infancia.

"Mis padres siempre han sido gente humilde y trabajadora, nunca han sido millonarios", afirmaba. "¿Has pasado penurias?", preguntaba su entrevistador. Él asentía y ponía ejemplos. "Comía macarrones varios días. Mi padre trabajaba en la obra y mi madre también estuvo un tiempo porque no llegábamos a fin de mes. Han sido siempre una familia de currantes, muy humildes y de poco dinero", recalcaba.

Ballesta creció en un barrio "muy humilde" de Parla, "en unos pisos del IVIMA que daban a las familias desfavorecidas que no tenían dinero, a padres jóvenes". "Yo no tenía lo que otros niños tenían. Pedía una bicicleta chulísima para Reyes y no me la podían traer, porque no había, y otras veces sí había".

Más tarde, comenzó a trabajar en cine y televisión. Primero, comenzó haciendo anuncios, aunque a quien de verdad llevaban sus padres a los castings era a su hermana. "Como no me dejaban quedarme en casa porque era un remolino -siempre estaba con los tirachinas, rompíamos balones con los cristales-, me llevaba con ella". Finalmente, fue él el elegido por los directores de las pruebas. Desde comerciales de 'El Corte Inglés' a series de televisión míticas, como 'Querido maestro', el Juanjo más niño comenzó a acariciar la fama.

"Yo no me acuerdo del dinero que gané. Yo sé que mis padres siempre me han metido el dinero en una cuenta y cuando fui mayor de edad, me la dieron. Nunca tocaron mi dinero y podrían haberlo hecho, porque les hacía falta", decía con voz queda.