Jordi Évole entrevista a Teresa, una superviviente de la guerra civil española y de la Segunda Guerra Mundial, en el programa 'Hijos de la guerra' de Lo de Évole. Teresa explica que para superar algo así la clave era que "no se pensaba en uno mismo".

"Yo pensaba que a mi Ignacio tenía que verle, no pensaba en mí", dice Teresa hablando de su novio de juventud. Ella en aquellos momentos vivía en Leningrado y él en Moscú. No obstante, al tiempo de estallar la Segunda Guerra Mundial, al no tener noticias suyas, se trasladó a Moscú. Una vez allí, descubrió que había muerto. "Yo me volvía loca, no quería vivir. Me ingresaron en un hospital con una camisa de fuerza y así estuve todo un mes. Al cabo de un mes, me convencieron de que era la guerra y que le había tocado a él y me vine para España", explica Teresa en el vídeo superior de esta noticia.

"Vendían carne humana"

"Estábamos a 44 grados bajo cero y sin comida", recuerda Teresa en este vídeo sobre cómo vivió la Segunda Guerra Mundial en la Unión Soviética, donde hervían cinturones para hacerse sopas y se comían carne sin saber la procedencia.