Un equipo de Liarla Pardo se traslada hasta la llamada 'urbanización de los horrores'. Se ubica en Parla, una zona en la no hace falta indagar mucho para ver el lamentable estado en el que se encuentra.
Goteras, aguas fecales, mobiliario destrozado, enganches ilegales de luz, telefonillos destrozados... un panorama ante el que los vecinos aseguran que están viviendo en "un infierno".
Hace unas semanas, un incendio sorprendía a los vecinos. Presuntamente, los okupas prendieron un fuego a un coche con el que habrían cometido un robo, un incendio en el que también se quemaron "otros ocho o diez coches", como relata una vecina.
No todos los okupas actúan así, otros también denuncian esta situación. "No sabes quién te vende el piso", reconoce uno de ellos, que afirma que pagó 2.500 euros por su piso y que no paga ni luz ni agua. Las 20 familias que pagan su alquiler social viven con el miedo de acabar en la calle.
"Vives con miedo"
"Vives con miedo de que no puedes salir de tu casa mucho tiempo. En cuanto ven que no subes y bajas las persianas, te okupan la casa", reconoce una de las vecinas. Otra afirma que ha llegado a tomar antidepresivos, afirmando que hay "violencia" y "navajazos".
Quienes viven en esa urbanización conoce las reglas del juego. Impera la ley del silencio. En Liarla Pardo, intentan localizar a quienes trafican con los pisos, intentando responder a la pregunta de cuánto hay que pagar por uno de estos pisos.
Un okupa de la urbanización lo tiene claro: "Piso que sale, piso que es mío". "Las llaves se las doy a una persona que necesite vivir dentro. No cobro nada", dice mientras agacha la cabeza riéndose.
Una chica que le acompaña comenta que se pueden llegar a pagar 7.000 euros. Las cifras que le han dado a Liarla Pardo van de los 1.000 euros a esos 7.000 euros, lo que puede llegar a dar un negocio de cerca de dos millones de euros.
Unas casas que "no son de nadie"
"Es un círculo vicioso que no se va a cortar nunca. Se va uno, viene otro. La casa no es que no sea mía, es que no es de nadie", comenta el okupa. Reconoce comprarle la casa a un marroquí. Otro okupa confirma que, para comprar un piso, "tienes que ser marroquí".
La concejala de vivienda de Parla, Leticia Sánchez, reconoce que hay "un problema de seguridad y de okupación", hablando de "personas que se aprovechan otra gente vulnerable, que no puede pagar un alquiler".
Sánchez cree que si este problema "se hubiese abordado de la manera que tenía que abordarse hace años, no se habría llegado a este punto", opinando que la anterior administración pecó de "dejadez" en una urbanización que ahora es una auténtica pesadilla para los vecinos que viven en ella.
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