Faltan pocos días para que Estados Unidos elija a su nuevo presidente, y las encuestas están tan ajustadas que cada voto es crucial. Los candidatos no dudan en cambiar de postura si es necesario para atraer más apoyo. Un ejemplo claro es Donald Trump, quien en 2021 calificó las criptomonedas como una "estafa". Sin embargo, recientemente ha fundado una empresa relacionada con el mundo cripto.
Siguiendo su ejemplo, Kamala Harris también ha modificado su posición respecto a las criptomonedas, con el objetivo de atraer fondos y votantes. Y no es para menos: uno de cada tres estadounidenses que votarán el 5 de noviembre posee criptomonedas, lo que equivale a unos 52 millones de personas. Durante los últimos cuatro años, la administración Joe Biden, en la que Harris fue vicepresidenta, impuso altos impuestos a estas empresas. Sin embargo, Harris ha dado un giro y su equipo se ha reunido con los principales empresarios del sector cripto, buscando "reiniciar las relaciones de los demócratas con un sector" que hasta ahora se ha alineado más con Trump.
Este sector es clave, ya que el 44% de los fondos recaudados por ambas campañas proviene de empresas de criptomonedas. Este cambio de postura ha llevado a Trump a pasar de calificar las criptos como estafas, a prometer que, si es reelegido, convertirá a Estados Unidos en la "capital mundial del Bitcoin". Lo dijo en la conferencia anual sobre Bitcoin en Nashville, una de las más importantes del mundo. Hoy en día, Trump es una figura de referencia para los entusiastas de las criptomonedas, y esto preocupa a Harris.
El movimiento más astuto de Trump ha sido el lanzamiento de su empresa de criptomonedas, aunque la iniciativa genera desconfianza. Según el 'New York Times', sus socios no tienen experiencia en el sector. Si Trump ganara las elecciones, tendría la capacidad de crear leyes que podrían beneficiar a su propia empresa, lo que plantea un evidente conflicto de intereses.
Con solo días hasta las elecciones, tanto Trump como Harris continuarán compitiendo para ganar el apoyo de los votantes propietarios de criptomonedas, un grupo cada vez más influyente.
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