El coste es uno de los motivos por los que las grandes potencias han decidido abandonar su carrera espacial hasta la Luna. "Solo el programa Apolo, el de EEUU de los 50 y 60, supuso 160.000 millones de euros", cifra Mario Viciosa en laSexta Clave.
El experto explica que, desde el final de las misiones Apolo en los 70, la luna ha dejado de ser escenario para la rivalidad de la Guerra Fría. "Llegó el programa del transbordados y la caída de la URSS terminó por sumir a la agencia rusa en dificultades para innovar o financiarse pese a su evidente músculo científico", relata.
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"Sin embargo, la tensión volvió al escenario", recuerda. En este sentido, asegura que Marte, que fue el siguiente hito, jugó un papel importante cuando la luna se usó de trampolín para llegar al planeta rojo.