El tenis es el deporte individual más popular del mundo. Se estima que 87 millones de hombres y mujeres practican este deporte. Y 25 millones juegan al pádel. Dos deportes para los que solo hace falta una raqueta y varias pelotas. Lo que provoca que, cada año, se fabriquen alrededor de 300 millones de pelotas y que se desechen otras 300. Cada año terminan en la basura 1.000 toneladas de pelotas de tenis.

Se trata de un producto hecho con caucho y fieltro, dos derivados del petróleo. Y su descomposición es extremadamente lenta.Tardan más de 500 años en degradarse. Cinco siglos. Por eso, su reciclaje es todo un reto. En España se usan 15 millones al año. En Estados Unidos 125 millones. Y producirlas contamina mucho. Cada kilo de caucho genera cuatro kilos de dióxido de carbono. Su fabricación se realiza en China y el transporte en barco es muy largo. Tarda casi un mes. Eso hace que la huella de carbono de cada pelota sea altísima.

Además de contaminar mucho, tienen una vida útil muy corta. Cortísima. De hecho, en el tenis profesional solo nueves juegos. Eso puede ser un cuarto de hora. Los aficionados le pueden dar uso unos tres o cuatro partidos. Pero luego las pelotas se deforman. Y dejan de botar bien porque pierden el gas que llevan en su interior. Esa es la razón de su corta vida.

¿Qué podemos hacer para solucionar este problema? Los expertos aconsejan darles una segunda vida. Y eso pasa siempre por no tirarlas a la basura. Hay que llevarlas a contenedores especiales donde se recogen. Cada vez los hay en más clubs de tenis .Y en algunas tiendas especializadas en deportes. Estas iniciativas recogen las pelotas y les dan una segunda vida. Y se pueden hacer muchas cosas con ese caucho. Desde fabricar los suelos mullidos que cubren los parques infantiles hasta suelas de chanclas o gafas de sol. También se pueden descomponer en hilos para que sean usadas por las impresoras 3D. O incluso se puede quemar el caucho de las pelotas de tenis para generar energía. No hay un solo uso. Pero lo fundamental es que no se tiren a la basura.