José Luis Ábalos, exministro de Transportes, está en el centro de una controversia tras la solicitud del juez Ismael Moreno para confirmar su condición de aforado, lo que se interpreta como un indicio de su posible imputación. Esto sigue a un informe de la Guardia Civil que lo vincula con el caso Koldo, centrado en la venta de mascarillas al Ministerio durante su mandato.
El informe revela que Ábalos tuvo un "papel relevante y de responsabilidad" en la organización criminal y lo menciona como 'el jefe' en conversaciones clave. Además, se detallan beneficios que habría recibido a cambio de contratos de mascarillas, incluyendo un chalé de 600.000 euros y el alquiler de un apartamento en Madrid por un total de 82.000 euros.
También se menciona su relación con Víctor de Aldama, lo que suscitó sospechas de corrupción en la concesión de 435 millones de euros a Air Europa, a pesar de las negaciones de Aldama y el CEO de la aerolínea sobre conocer a Ábalos.
La investigación sobre el caso Koldo ha desvelado no solo la implicación de altos funcionarios en actos de corrupción, sino también el curioso y enigmático lenguaje que utilizaban para comunicarse. Según el informe, los protagonistas de esta trama empleaban una serie de motes y términos en clave para referirse entre sí, lo que refleja la naturaleza clandestina de sus operaciones.
Entre los apodos más destacados se encuentra el del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, quien era conocido como 'Goblins'. Este sobrenombre, junto a otros nombres como 'el gominas' para Víctor de Aldama y 'grandullón' o 'chiquitín' para Koldo García, formaba parte de un entramado de comunicación diseñado para evitar que sus actividades ilegales fueran detectadas.
El uso de motes no se limitaba a los protagonistas directos de la trama. Por ejemplo, Pedro Sánchez era denominado 'el uno', y la entonces pareja de Ábalos, Jessica, era apodada 'Jessica 20 minutos'. Estas referencias en clave no solo ayudaban a ocultar las identidades, sino que también reforzaban un sentido de complicidad entre los implicados.
Además de los apodos, el informe revela que los actores de la trama utilizaban términos específicos para referirse al dinero y a la logística de sus operaciones. Por ejemplo, el dinero era denominado "aceite para la maquinaria", mientras que la necesidad de dispositivos móviles seguros se expresaba con la frase "había que llevar café o cafeteras para Víctor de Aldama".
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