Airbnb está oficialmente en crisis. Tras registrar cifras históricas en los últimos dos años, su cofundador y CEO, Brian Chesky, ha reconocido que la compañía ha "perdido la esencia inicial". Y que para recuperarla se deben "bajar los precios" de los alojamientos, dado que "cuanto más asequibles son los Aribnbs, más reservas tenemos", ha señalado Chesky. Está claro que el modelo de Airbnb tiene un problema. Pero, ¿por qué están en crisis?

La crisis viene porque inicialmente se creo una plataforma donde la gente ofrecía su casa y lo que se pagaba era una pequeña compensación para sufragar los gastos. Es lo que se conoce en el mundo anglosajón como: Bed & Breakfast. Es decir, una persona se queda a dormir en una casa, donde también se encuentra el dueño. Te deja el sofá y por la mañana te invita a desayunar. A cambio, se le paga una pequeña compensación por los gastos. Al menos, así era el modelo de negocio cuando se fundó la compañía estadounidense en 2008. Actualmente, eso ha cambiado mucho. Quien alquila quiere ganar mucho dinero. Y los que viajan quieren un piso de calidad lo más barato posible. Ahí llega el problema.

Airbnb ha provocado que en las grandes ciudades los alquileres estén disparados. En el caso de Madrid, a día de hoy, hay más viviendas anunciadas en Airbnb (pisos para turistas con precios más caros) que viviendas puestas en alquiler para los ciudadanos de la ciudad. El problema es especialmente dramático en el distrito centro. Allí, hay anunciados casi 7.000 apartamentos. Una cifra siete veces superior al numero de pisos en alquiler para ciudadanos de la capital, a penas 1.123.

En el último año, los alquileres en Airbnb han crecido un 20%. Y eso repercute también para los vecinos de la zona. La gente que vive en Madrid y quiere alquilar un piso, ha visto como el precio subía un 10%. Hay poca oferta, y mucha demanda. Lo que provoca que los precios suban. Y convierte ese distrito en un lugar prohibitivo para vivir. Un lugar donde los pisos en alquiler son mayoritariamente para turistas.

¿Pasa igual en el resto de España? En los barrios con alta concentración de Airbnb, los céntricos, los alquileres han subido un 9,1% . En el resto de barrios, los no turísticos, la media es del 0,5%. Esto ha obligado a un 3% de los residentes en estos barrios a tener que marcharse. Porque no tenían dinero para pagar la renta. Por eso, algunas grandes ciudades del mundo han dicho basta. Nueva York fue la primera ciudad en la que se implantó Airbnb. Y ha sido también la primera en ponerle coto a su negocio. Han endurecido las leyes para que la estancia mínima en un apartamento sea de un mes. Además, obliga a los usuarios a que se registren en la plataforma y den todos su datos. ¿Por qué? Para evitar a los especuladores que poseen cientos de apartamentos y encarecen los precios.

También en Europa le han declarado la guerra a Airbnb. En 2021, Barcelona fue la primera ciudad europea en prohibir el alquiler de habitaciones durante menos de 30 días sin licencia turística. Le siguieron París, Ámsterdam y Londres. Mientras que en Berlín, la vivienda habitual necesita un permiso y las secundarias solo pueden alquilarse por un máximo de 90 días al año. También hay antecedentes en Asia, donde Tokio o Singapur realizan controles a Airbnb.

Y además, Airbnb tiene otro hándicap. Algunas ciudades se están blindado contra el turismo masivo. En Venecia, habrá que pagar cinco euros para entrar allí. Pero los controles serán aleatorios y por las calles. Es decir, más de uno y más de 100 van a intentar entrar sin pagar. Porque además, no habrá multa. Si te pillan y no has pagado, basta con aportar esos cinco euros al momento. ¿Quién tiene que pagar? Solo las personas que vayan a pasar el día y no se queden a dormir.

¿Cuál es la solución? La compañía quiere reinventarse. Que ya no solo sea alquilar un apartamento. Sino que en ese alquiler vayan incluidos servicios como visitas guiadas, recorridos por bares o sesiones de fotos. Quieren volver a los orígenes. Y por eso, su CEO ha instado a los alojamientos a que bajen los precios. Y además, ha advertido de que si ellos desaparecen, los precios de los hoteles subirán inmediatamente.