Angie es operadora de cámara y foquista de Madrid. Esta mujer de 40 años es una apasionada del mundo del espectáculo, le atraen los ‘realities’ y quiere ponerse a prueba durante el programa, tanto en lo bueno como en lo malo. Como al resto de aventureras, le preocupan especialmente los riesgos de la isla. Es más, es capaz de enumerar una amplia lista de peligros: "El agua, el fuego, que tengamos un peligro de seguridad por algún pez venenoso, o un simple corte, que se puede infectar y se puede agravar", relata al micrófono de laSexta.

Ahora bien, pese a todos los riesgos, Angie tiene un temor por encima de todos: "Mi mayor miedo soy yo. Cómo me voy a ver y cómo voy a afrontar situaciones difíciles". Nunca ha afrontado situaciones extremas, al menos "no como esta". Reconoce que le gustan los deportes de riesgo, con algún que otro susto: "Me tiré desde 18 metros a un cenote y acabé en el hospital, y alguna que otra locura", señala.

Angie, ante todo, espera "crecer como persona y conocer gente maravillosa". También espera ponerse al límite, mejorar su capacidad de superación y divertirse. No obstante, la operadora de cámara advierte: "Creo que tengo poco que aportar [al resto de aventureras]. Tengo pocos conocimientos en habilidades físicas, aunque siga programas de supervivencia. No es lo mismo verlo por televisión que hacerlo".

En esta línea, la aventurera admite que nunca ha hecho fuego, rara vez ha pescado y alguna vez ha hecho orientaciones en la naturaleza, pero no tiene "ni idea". Tampoco sabe con seguridad cuánto pueden aportar sus habilidades sociales: "Creo que puedo ser simpática y si no antipática".

Ahora bien, pese a la falta de conocimientos, se muestra fuerte: "Mi límite está muy alto. Tengo una gran capacidad de resistencia, me gusta en parte un poco el sufrimiento. Por ello, el límite me lo va a dar la isla, no lo sé", concluye la aventurera, que espera llevar al máximo su personalidad competitiva.