Una tarde de septiembre de 1859, el astrónomo Richard Carrington avistó desde un observatorio de Inglaterra una actividad rara en el sol. Lo que estaba viendo era una de las primeras tormentas solares de las que se tiene constancia. Este evento, al que se le llamó el Evento Carrington, provocó auroras por toda Europa. Se vieron incluso en España. En aquella ocasión, no fueron solo auroras, también afectó a la incipiente tecnología de la época: los telégrafos.

Algunas líneas en Europa y Estados Unidos se incendiaron. Aunque esto puede sonar muy lejano, tenemos ejemplos recientes. En el año 1989, en Canadá una tormenta solar dejó sin luz a más de cinco millones de personas durante nueve horas. "Sabemos que las auroras son el preludio de algo peor", explica Emilio Doménech, que destaca que en Extremadura se vieron auroras en abril de 2023. ¿Pero podría volver a pasar? ¿Cuál es la probabilidad de que esto vuelva a ocurrir?

Para descubrirlo, el periodista realiza una videollamada en este vídeo con Isabel Serra, doctora en Matemáticas de la Universidad autónoma de Barcelona y Pere Puig, catedrático en Matemáticas, que explican por qué que haya un 1% de probabilidades de una tormenta solar nos debe preocupar. "Es bastante", señala. "Piensa que si lanzamos un dado tres veces y nos preguntamos cuál es la probabilidad de obtener tres seises es la mitad de ese 1%, entonces es bastante", afirma el experto. Y es que para calcular esa cifra, los matemáticos toman como referencia el Evento Carrington, una de las tormentas solares más difíciles a las que se ha enfrentado la Tierra.

Pero, ¿a qué clase de consecuencias nos enfrentaríamos con un evento de estas características? "En esa época, solo se contaba con los telégrafos, pero dejaron de funcionar", recuerda la experta, que reconoce que "actualmente, el impacto sería mucho más grande, porque al final hay que entender que una tormenta solar afectaría a estos transformadores, que es un poco cómo se cuantifica la pérdida".

"Podríamos hablar de dos años en algunas zonas de riesgo sin solución para la falta de electricidad y esto podría llegar a afecta hasta como a 20 o 40 millones de personas en zonas de más riesgo", explican los matemáticos, que advierten de que ninguna administración se haya puesto en contacto con ellos para tomar posibles medidas.