A través de notas de voz, el cabecilla de un grupo de okupas dio instrucciones a personas que habían entrado en un edificio de nueva construcción en Barcelona: "Nosotros estamos aquí negociando porque no encuentran manera de cómo sacarnos. No salgáis, que están ofreciendo 2.000 euros y van a llegar a ofrecer 5.000 porque esta gente quiere su piso, y va a pagar lo que sea para entrar ya".

Mientras, en la calle, los futuros propietarios de las viviendas temían quedarse sin los pisos que acababan de comprar. El portavoz de los okupas negoció delante de las cámaras y pidió más de 2.000 euros de rescate por cada una de las ocho viviendas en las que habían entrado. Finalmente, con el dinero en mano, y sin que los agentes pudieran hacer nada, los okupas dejaron el edificio y se marcharon en taxi.