Carmen Thyssen ha denunciado a su hijo y a su nuera por llevarse documentación confidencial, un delito castigado con hasta 5 años de cárcel. Según el auto judicial, se trata de “documentos de sociedades y negocios en los que el coimputado sr. Thyssen, tiene intereses”.  

Luz Sánchez Mellado cree que “la baronesa culpa veladamente a Blanca Cuesta de ser la persona que ha provocado que Borja intente reclamar la propiedad de dos cuadros que según el barón le legó cuando le adoptó”. 

El secreto de los Thyssen comienza con el enlace de Carmen Cervera y el barón, hace casi tres décadas. Con este matrimonio, Tita Cervera se convierte en La Baronesa. Automáticamente, adquiere la nacionalidad suiza, y entra en la disputa por la herencia de su marido, un hombre al que Forbes incluye en su primera lista de multimillonarios. 

El barón acabará querellándose contra sus propios hijos. Durante cuatro años litigan en el llamado Juicio de las Bermudas. Se gastan más 100 millones de euros en las minutas de sus abogados. 21 años después de la boda, la baronesa llora la muerte de su marido. 

Pedro Beltrán nos cuenta que “la herencia no la recibe directamente el heredero, sino una institución, con una doble finalidad: evasión fiscal y un mayor control del patrimonio”. La firma del pacto supone un contrato de confidencialidad absoluta. 

Francesca se lleva una quinta parte de los negocios del barón. George, el primogénito, hereda casi todo el imperio empresarial. Alex, el más pequeño, no se conforma con la quinta parte del legado de su padre. Pero acaba firmando el pacto dos años después. Lorne acepta llevarse casi un 17% de los cuadros y de las empresas. A Borja no le consideran heredero oficial, por lo que se beneficiaría de la parte de su madre. Carmen Thyssen se convierte en la gran heredera del patrimonio artístico de su marido y de varios inmuebles.