El padre Fran buscaría a sus víctimas entre grupos de jóvenes religiosas que conoce, según revela la investigación. Tras noches de fiesta y alcohol, el cura las llevaría a la casa parroquial para cometer las agresiones sexuales. "Las acciones que presuntamente ha cometido son de depredador sexual aprovechando una vinculación de apego con la víctima en un entorno de confianza y planificado", afirma Eva Villa, perito judicial.

Tal y como indica la investigación, "las víctimas no eran conscientes de que habían sido agredidas sexualmente", y el motivo es que el padre Fran pudo haber utilizado sustancias que hicieran que las mujeres no recordasen los abusos. "Los hipnóticos pertenecen a las familias de lo que los médicos mandan cuando la gente tiene problemas de sueño", explica Villa.

Además, tal y como apunta la experta, "luego está la familia de las benzodiazepinas, ansiolíticos para los momentos de estrés y luego tenemos los antipsicóticos, que proporcionados en la dosis inadecuadas también darían lugar a esta posible sumisión química". "Los efectos que puede producir son de sedación absoluto, sueño profundo. Las víctimas necesitaban estar dormidas por lo menos una hora para ser grabadas, para ser colocadas, para ser agredidas", afirma la perito judicial.