En una noche en la que ni Buenafuente ni Berto tienen guión, la única sorpresa que les faltaba era recibir la visita de un vecino del polígono. Muy castizo, con una peculiar vestimenta de 'estar por casa', y presumiendo de tomar algún que otro estupefaciente, irrumpe en el plató de 'En el aire' y le pide a Buenafuente una contrato de trabajo.
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