El 11 de marzo de 2004192 personas perdieron la vida, casi un millar resultaron heridas y varios miles más perdieron a un familiar, a un amigo o a un hijo, pero El Gran Wyoming expresa que aquel día "todos perdimos algo más, algo menos tangible pero imprescindible en cualquier sociedad, la confianza".

"El Gobierno de José María Aznar decidió que el resultado de las elecciones que se celebraban apenas tres días después dependía de quién fuera el autor de aquellos atentados. El esquema mental del presidente del Gobierno y sus colaboradores era simple, un atentado de ETA beneficiaba sus posibilidades electorales, un atentado islamista, tras las masivas movilizaciones contra la guerra de Irak, las perjudicaba", sostiene.

El presentador de El Intermedio expone que, en un primer momento, nadie puso en duda la versión que ofrecía el Gobierno, cualquier duda era una "intoxicación" y cualquiera que osara disentir de la versión del Gobierno era un "miserable", tal y como estableció el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes.

Sin embargo, y a pesar de la firmeza de Acebes, "había cosas que no encajaban", apunta Wyoming, pues el modus operandi no era el habitual de ETA, el explosivo utilizado tampoco, el entonces líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, negó a las pocas horas la participación de la banda terrorista y el mismo 11 de marzo ya aparecieron varios indicios y pruebas que apuntaban a un grupo islamista. Así que "no es extraño que las grandes manifestaciones que se celebraron al día siguiente el grito más repetido fuera ¿quién ha sido?, destaca el presentador.

Aun así, el 13 de marzo, cuando ya habían sido detenidos algunos de los miembros de la trama criminal yihadista, el ministro de Interior volvía a afirmar que ETA era "la prioridad en la investigación". "Este fue el momento en el que millones de españoles perdimos la confianza porque resultaba muy difícil de entender que, ante una situación tan grave y tan dramática en la que los ciudadanos necesitaban certezas y seguridad, el Gobierno nos mintiera solo para defender sus intereses electorales", declara Wyoming.

Este admite que tras el resultado electoral, esperaban que Aznar reflexionara y se disculpara, pero lejos de eso "decidió que ya que había perdido el Gobierno podían perder algo más, la vergüenza", dice. Así que, en ese momento, "el PP y algunos importantes medios de comunicación afines se lanzaron a la mayor campaña de desinformación de nuestra historia, la llamada teoría de la conspiración, un relato burdo y falaz cuyo único objetivo era justificar las mentiras del Gobierno de Aznar en los días posteriores al 11M aun a costa de arrojar todo tipo de sospechas sobre los partidos de la oposición y las fuerzas de seguridad del estado", sostiene.

El presentador señala que la teoría de la conspiración no se frenó ni siquiera cuando ya se estaba juzgando a los yihadistas. Después de dos décadas "parece que la indignidad de algunos sigue intacta", indica. "Aún este fin de semana hemos tenido que soportar a los protagonistas de aquella infame conspiración arrojando sombras sobre la investigación y todavía hoy FAES justificaba la actuación de aquel Gobierno. Una pérdida más de Aznar, primero perdió el Gobierno, después la vergüenza y ahora parece haber perdido el norte. 20 años después, él y todo su entorno han perdido una magnifica oportunidad de estar calladitos".