El Gran Wyoming señala que cuando uno muere luchando por una causa, al menos recibe homenajes, aunque no cree que compense. Sin embargo, explica que "hay algo más triste, morir completamente ignorado" y cuenta que estos días se ha conocido la muerte de una trabajadora en un 'call center' de Madrid.

La mujer falleció en su puesto de trabajo y los responsables de la empresa, en lugar de detener la actividad, al menos hasta retirar el cadáver, decidieron "obligar a sus compañeros a seguir atendiendo llamadas como si nada hubiera ocurrido", expone. "No se me ocurre un comportamiento más inhumano y menos empático", admite.

El presentador de El Intermedio apunta que podría ser un ejemplo de lo que puede llegar a ser el capitalismo extremo, "un sistema capaz de exprimir todo lo posible y para el que la muerte no es una tragedia por la que merezca la pena parar ni un minuto, sino un obstáculo para conseguir su principal propósito, forrarse", asegura.

"Probablemente, lo que más han sentido los responsables de la empresa es que la trabajadora haya muerto en horario laboral y no en su día libre, que estorbaría mucho menos", comenta, e indica que morir en la guerra te garantiza una medalla pero hacerlo en tu puesto de trabajo "no te garantiza ni el más mínimo respeto, ni siquiera un momento de duelo para las personas que te rodean", sentencia.