El municipio de Utiel, en Valencia, prevé instalar 21 aerogeneradores y 20 hectáreas de placas fotovoltaicas. Ante este hecho, existen dos corrientes, la de los la ven como una oportunidad para reflotar económicamente sus municipios y la de los que alertan del impacto medioambiental que estas instalaciones pueden ocasionar en paisaje, el ecosistema y el medio de vida de los residentes rurales.

Pero, ¿qué opinan los dueños de las tierras que se verán afectados por la instalación de estas plantas? Andrea Ropero habla con Antonio Zahonero, vitivinicultor de la D.O. Utiel Requena, que afirma no estar en contra de las renovables: "Estamos a favor, pero no de este modo. Se hace todo a las bravas y con pretensión de expropiarnos un terreno que es nuestro".

El productor valenciano explica que, de llevarse a cabo la instalación de estas grandes plantas, las líneas de evacuación de la electricidad tendrían que pasar por sus tierras y apunta: "Tendríamos que eliminar parte del viñedo". Zahonero critica, además, la demora de los permisos por parte de la Administración para el desarrollo de un parque de energía renovable para autoabastecerse en la finca: "Es un proceso lentísimo".