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Xavi Martínez cuenta cómo fue su paso por una terapia de conversión LGTBI+: "Tenía que borrar mi identidad"
El joven fue internado en un centro para someterse a una terapia de conversión radical debido a que se había enamorado de su pareja. Este tenía lugar en la hospedería de un convento.

El Intermedio recupera la entrevista de Andrea Ropero a Xavi Martínez, un joven que sufrió las llamadas terapias de conversión. Martínez se crio en un entorno muy religioso. Con 18 años contó que era homosexual y nos conocidos, preocupados, decidieron buscarle una ayuda para poder encajar su orientación sexual dentro de la iglesia.
"Cayeron en la trampa de buscar ese recurso dentro de la propia iglesia", explica el joven. Así, a través del Centro de Orientación Familiar de la Diócesis de Valencia, encontró "una especie de burbuja en la que tú vas a poder expresar lo que es que tú seas homosexual, algo que no has podido hacer antes dentro de la iglesia".
Después, como detallaba, comenzaban con un argumentario muy homófobo asociando la homosexualidad con las adicciones, la perturbación, la soledad o las enfermedades. En esas terapias, hablaban con supuestos psicólogos y psiquiatras, tenían talleres de grupo en el que había más casos y reafirmaban que la terapia podía ayudar a sanar la homosexualidad.
"La abstinencia era una norma clave porque ellos te trataban como un adicto", indicaba Xavi. Para él, la terapia fue un poco más allá ya que fue ingresado en un centro de Cantabria. "Está en la hospedería de un convento", explicaba.
A este centro iban solo los casos más extremos. En su caso, fue porque se había enamorado de su pareja actual. "Lo ven como algo super grave", indicaba. Esta terapia era más radical: "Por las mañanas oración, hacíamos trabajo físico con deportes estereotipados hacia lo que es una persona masculina". "Tenía que borrar mi identidad y ahí fue cuando me rape el pelo", contaba a Andrea Ropero.
"Era consciente de que yo estaba roto mentalmente y que si estaba en ese lugar era porque estaba enfermo", exponía. Xavi recordaba, además, el grave caso de una compañera, Kendall, una chica trans.
"Nos obligaban a identificarla como Juan", indicaba. La joven se intentó escapar en varias ocasiones del centro. "Se que estuvo perdida por Santander, sobrevivió como pudo, y, años después, me contactaron para contarme que se había suicidado", añadía, "en su lápida sigue poniendo Juan".
(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de El Intermedio.