El de las renovables es un negocioque atraviesa un momento boyante, pero también crítico ante la decisión de cómo se están implementando en España. Y es que en un mes, en el país ha habido una oleada de compra-venta de plantas y proyectos de energías verdes por un total de 10.000 millones de euros a manos de grandes energéticas y de fondos de inversión. Bajo el lema 'renovables sí, pero no así', más de 200 asociaciones de toda España se han aliado para alertar del impacto medioambiental que estas macroplantas pueden provocar perjudicando los ecosistemas, el paisaje y el medio de vida de los residentes en zonas rurales.

Dentro de estos manifestantes estaban los vecinos de Utiel Requena, una comarca valenciana que engloba a 9 municipios y a 35.000 habitantes, protestaban por las 14 plantas fotovoltaicas que están aprobadas o en trámite en la zona. Pero, mientras algunos lo ven una burbuja especulativa para otros es una oportunidad para reflotar económicamente sus municipios. Andrea Ropero se ha desplazado hasta allí para hablar con sus residentes. Primero, Ropero habla con el alcalde, Fernando Benlliure, que apoya el proyecto: "Cumple con todas las normativas legales, pasa todos los filtros previstos para determinar el impacto y supone una mejora de las condiciones de vida y la creación de puestos de trabajo".

"Permite que las generaciones futuras puedan tener una forma de vida en la comarca es positivo", destaca el alcalde, que advierte de que no se pueden permitir el lujo de prescindir de iniciativas económicas que ayudan a crear trabajo y luchar contra la despoblación, uno de sus principales problemas. "La cantidad de dinero que aportaría a las arcas municipales supone casi el 50% de la inversión del ayuntamiento"; explica el alcalde, que detalla las importantes cifras de puestos de trabajo que conllevaría este proyecto para los habitantes de la comarca.